La situación se le estaba yendo de las manos y sabía que no podía seguir así, o terminaría perdiéndolo todo. No podía seguir ocultándole cosas a su mejor amigo por miedo.
Jimin jamás lo había juzgado, jamás se había enfadado con él más de diez minutos. Jimin había sido su pilar durante toda su vida y ahora le estaba dando de lado por no ser capaz de afrontar la realidad.
Consiguió convencerlo para quedar y hablar al día siguiente después de la universidad. Tenía que ser sincero con él, se lo debía.
Se dejó caer en la cama, con cuidado de no lastimarse, agarró su teléfono con el brazo sano y vio que tenía mensajes de Yoongi.
Soltó el teléfono en la mesita de noche y apagó la luz. Se quedó un rato despierto, en la oscuridad de su habitación.
¿Por qué le resultaba tan difícil aceptarse a sí mismo al cien por cien?
¿Por qué a pesar de haber asumido que también se sentía atraído por los hombres, no era capaz de dejar a Haneul?
¿Por qué volvía a esconderse tras ella, una y otra vez?
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4 años atrás.
- Si llego a saber que me ibas a humillar de esta manera no vengo a jugar contigo. - le dijo el mayor con diversión. Taehyung se echó a reír.
- ¡Oh vamos hyung, no es para tanto!
- Sigo sin saber cómo demonios lanzas tan bien. - el castaño se levantó y se acercó a él.
- Es que coges la bola mal. Mira, es así. - le respondió mostrándole la manera correcta. Hoseok lo imitó. - Y ahora flexionas las rodillas así.
- Definitivamente esto no es lo mío. - Taehyung soltó una carcajada y se situó tras él, ayudándolo a sujetar su bola.
- Flexiona conmigo. - le pidió agarrándolo por la cintura. - Ahora estira este brazo hacia atrás... y lanza. - dijo empujando la bola con fuerza.
- ¡Strike! - gritó el mayor al ver que había derribado todos los bolos.
- ¿Ves como si podías? - Hoseok se giró hacia él y lo abrazó entusiasmado durante unos segundos. Él se quedó plantado en el sitio sin saber cómo reaccionar.
- ¡Gracias Tae! - le dijo con una enorme sonrisa, mostrándole todos su preciosos dientes.
- No hay de qué, hyung. - respondió él volviendo a su asiento, completamente desubicado. - Ahora hazlo tú solo.
Se quedó observando al chico mientras se preparaba para lanzar la bola. Hoseok era realmente increíble y su sonrisa... su sonrisa lo había dejado sin palabras.
- Si fuera una chica sin duda saldría con él. - pensó para sí mismo viéndolo saltar de la emoción porque había derribado todos los bolos de nuevo.
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Se despertó a mitad de la noche empapado por el sudor y salió de su habitación en busca de su madre.
- Taehyung hijo, ¿estás bien? - le preguntó ella preocupada al verlo entrar agitado.
- He tenido una pesadilla, mamá no quiero... - en ese momento rompió a llorar y su madre se acercó a él para abrazarlo. - no quiero dormir solo.
- Ven, quédate conmigo. - le dijo acariciando su pelo. - Todo está bien Taehyung, te juro que él no va a volver más.
Sabía que su madre había solicitado un abogado para comenzar con los trámites del divorcio, la había escuchado hablando con Eonjin un par de días atrás, mientras pensaban que dormía.
Se sentía horrible por ella y por haber provocado que su familia se rompiera, pero no soportaba la idea de tener que convivir de nuevo bajo el mismo techo que su padre.
- ¿Me acompañas mañana a ratificar la denuncia? - le preguntó dejado de caer sobre su pecho. La señora Kim asintió con la cabeza.
- Claro que sí, hijo. Ahora duérmete tranquilo, mamá está contigo.
...
Era la primera vez que se miraba al espejo completamente desnudo desde su ingreso en el hospital.
Su cuerpo estaba lleno de moretones y magulladuras. Su brazo roto, aún inflamado y un gran chichón en su cabeza, provocado por el golpe que se dio al caer al suelo.
Se duchó a duras penas, tratando de no mojar su brazo escayolado. Su madre se había ofrecido a ayudarlo docenas de veces, pero él quería demostrarse que podia valerse por sí mismo.
Se puso un vaquero y una camiseta ancha que había encontrado al fondo de su armario, le sorprendió verla, pues ese no era su estilo de ropa.
- Debería pedirle a los chicos que me presten algo más... moderno. - se dijo a sí mismo riendo cuando se vio en el espejo con la camiseta antigua.
- Taehyung, ¿estás listo? - le preguntó su madre, tocando la puerta del baño. Se miró durante unos segundos y suspiró con fuerza.
- Si, mamá. - le respondió abriendo la puerta.
- Entonces vámonos, el señor Park viene de camino para llevarnos al cuartel de la policía. - el castaño asintió y bajó las escaleras tras ella.
Apenas unos minutos después, el padre de Jimin apareció por su calle, pero no venía solo.
El rubio se bajó para ayudarlo a subir al coche, dejándole el asiento del copiloto a la señora Kim.
- ¡Minie! ¿Qué haces aquí? - le preguntó Taehyung sorprendido, el chico se había ido de su casa el día anterior bastante molesto con él. - Pensé que estabas enfadado.
- ¿No creerías que te iba a dejar hacer esto solo, no? Además, nos íbamos a ver más tarde igualmente.
- ¿No tenías clases hoy? - Jimin se encogió de hombros.
- Tú eres más importante.
Saludó al señor Park cuando se subió al coche mientras Jimin lo ayudaba a abrocharse el cinturón.
- ¿Estáis listos? - les preguntó el padre de su amigo mirando por el retrovisor. Taehyung agarró la mano del rubio, que se la apretó con fuerza.
- Estamos listos, señor Park.
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Mi mejor actuación [TAEGI]
Fiksi PenggemarTaehyung es un estudiante de Arte Dramático al que un día la vida obliga a interpretar el papel más difícil de todos: fingir amistad donde hay amor. '¿Cuándo vas a darte cuenta de que la vida no es un escenario y vas a dejar de actuar? Estás tan ena...