2: El viejo de el aeropuerto.

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Después de el incidente con el americano se tuvo que reforzar la seguridad para los primeros lugares ya que nadie se explicaba el comportamiento de esta persona.
Una vez de regreso en la cuidad de Yibo el ya no veía la hora de poder estar en los brazos de aquel chico que lo tenía loco.

-- ¡disculpa! -- un anciano extraño lo seguía por el corredor.

Yibo solo lo ignoro ya que pensaba que era un fan de las carreras de Moto GP.
Pero justo en la entrada de control de seguridad un grupo de policías lo detuvo.

-- disculpa tienes que pasar por este lado.

Yibo no tiene más que obedecer.

-- ocurre algo oficial?

El solo lo ignora y le señala que se siente.

-- en un momento le explican señor.

Dentro en su maleta puso su móvil así que no tiene como comunicarse con el equipo, solo debe esperar.
Aquel anciano entra con otro chico más alto que el.

-- hola Yibo que tal tu viaje. Mi nombre es Huang ZiTeng y el es mi aprendiz Liu Haikuan, el será tu maestro.

-- ¿maestro de que?-- Yibo está por demás sorprendido.

Aquel anciano ZiTeng toma una navaja no más grande que un bolígrafo, y lo arroja directo en el rostro de Yibo.
Este lo esquiva tan fácil que le asusta.

-- no es la primera vez que te pasa ¿verdad? -- Haikuan pregunta con su semblante tan estoico que asusta.

-- yo pensé que era suerte.

-- que te dijo el anciano de Qatar.

Esto sorprende a Yibo ya que es el único que estaba cuando se encontró con esa persona.

-- usted ¿cómo sabe?

-- maestro, creo que este chico no es conciente de el trato que hizo. -- Haikuan es el que se da cuenta.

-- bien chico será mejor que te sientes. -- ZiTeng se lleva las manos a el tabique nazal. -- en Qatar ¿ viste a un anciano?

-- pensé que era una alucinación estaba en mitad de el desierto.

-- ese anciano era un Benandati.

Está palabra la recordaba muy bien ya que esa fue la que escucho antes de que aquel hombre desapareciera en el aire.

-- un Benandati es un perro divino. -- Haikuan comienza a explicar. -- en este mundo existen muchas cosas más aya de el simple ojo humano, y los Benandati somos puestos en esta tierra para proteger a la humanidad de todo eso.

Estás palabras eran muy difíciles de entender para Yibo ya que su vida realmente era muy sencilla.

Su trabajo era en una oficina y su pasa tiempo lo había llevado a conocer Qatar. No sabía nada de cosas sobre naturales.

-- un Benandati no es eterno como los seres contra los que luchamos, cuando el fin de nuestra vida llega vagamos hasta encontrar a alguien digno para pasarle el poder, solo que el anciano de Qatar no te dijo lo que te estaba dando. -- después de explicar esto Haikuan se sienta en un rincón a mirar a la nada.

-- los Benandati somos seres que debemos entrenar conocer, hay tanto por saber y tú eres.... Eres.... -- ZiTeng solo puede mirar a este chico escuálido y neofito en las cuestiones de las ciencias ocultas.

-- está bien yo no debí beber esa agua y ahora ¿como paso el poder?-- Yibo no quiere esto quiere estar junto a su novio enfermo.

-- muriendo. -- responde Haikuan desde su rincón y con los ojos cerrados.

La piel de Yibo de pone blanca al escuchar estás palabras. Quiere correr querés abrazar a su amado siente que morirá en este instante.

-- ya veo.

-- tranquilo chico no te haremos nada pero debes servir a el don que se te entrego.

Yibo se levanta y camina unos pasos y luego se regresa se lleva las manos a el rostro y después se vuelve a sentar.

--¿Y si no quiero?

-- serás un ser de oscuridad, el don ya está en tu cuerpo de ti depende en que lo utilices -- Haikuan parece ser el más pasiente y desde su rincón explicar.

La posibilidad de volverse alguien malo lo aterra y en ese momento recordó aquel sentimiento que tuvo al ver que el alemán ganó el primer lugar.
Yibo recordaba tener ganas de separar si cabeza de su cuerpo con las manos.

-- está bien que tengo ¿que hacer? -- su voz se escuchaba un tanto desalentada.

-- dejar tu empleo. -- parecía que Haikuan era el portador de malas noticias.

-- ¡mi empleo! ¡No! ¿Y de que viviré?

-- la sociedad te proveerá de lo que necesites.

Era extraño el comportamiento de Haikuan que desde que supo que su conversión fue un accidente se encontraba en ese rincón con los ojos cerrados casi en meditación, parecía que no le agradaba mucho la idea de tenerlo como aprendiz.

El ambiente se torno extraño y no tuvo más remedio que sentarse a esperar a que ellos dieran indicaciones.

El primero en ablar fue Haikuan.

-- cada Benandati tiene su propio don, es decir todos somos fuertes, agiles, y con el olfato desarrollado, después de todo somos perros divinos. Pero hay algo que podemos hacer como don personal, en mi caso puedo veras posibilidades, no veo el futuro en su pero analizo cuál futuro es el que mayormente ocurrirá y con el tiempo ya casi no me equivoco.

-- ¿y eso haces ahora?

-- si.

-- ¿y que dice mi futuro?

-- Serás la ruina de ZiTeng.

Estás palabras hicieron que ZiTeng se saliera de su meditación. Haikuan dijo esto sin siquiera mirar a nadie, aún tenía los ojos cerrados cuando lo dijo.

-- pero ¿como? Yo no sé nada de nada.

ZiTeng no lo soporto más y se salió de la abitacion. Quería preguntar quería una explicación pero bien sabía que más le valía no hacerlo.
A lo largo de su tiempo junto a Haikuan pudo aprender que entre más información se tenía más fácil era cometer el error.

-- bien chico más vale comenzar ahora.

-- está bien.

-- vamos por tu equipaje y después a comer.

-- yo prometí ir a casa con mi novio.

Haikuan se detiene y cierra los ojos otra vez. Al parecer no le gusta mucho esta idea.

-- le dirás que te ofrecieron otro contrato y que irás, podrás ablarle un cuarto de hora todas las tardes por lo menos hasta que el entrenamiento termine.

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