44: memorias no vividas

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A pesar de que esté lugar era muy lindo la realidad era que nunca le daba el sol de frente así que el frío y la humedad eran lo constante en ciudad valle.
El grupo entero fue llevado de inmediato hasta el hospital donde el pánico era obvio.

Los pocos médicos y enfermeras de este lugar intentaban controlar a un grupo de personas completamente iracundos, parecían animales salvajes con rabia, y tenían una fuerza tremenda así que no le resultó difícil a uno de ellos arrojar una camilla hasta el lugar donde estaba jiyang.
El cual levantó la mano y repelido el golpe al tiempo que se duplicó para sostener a esta persona.

-- ¿Estás bien? -- pregunto Haoxuang.

Jiyang sonrió de modo ladino mientras ataba a el paciente nuevo a la camilla, mientras su doplex le hablaba tras su oído.

-- claro, aquí la pregunta es ¿Por qué no intentas ayudar? -- dijo mientras le apretaba el hombro de manera coqueta.

La prioridad era controlar este desastre así que se puso manos a la obra, aun que no podía dejar de pensar en este doplex que le había hablado de manera tan coqueta. Haoxuang conocía a los 25 doplex de jiyang y este parecía ser el primero en salir por delante casi siempre.

Una vez que el desastre estuvo controlado el jefe de seguridad de el lugar dio las gracias a los que ayudaron. Y se sorprendió al ver a este grupo de forasteros entre las personas.

-- ustedes... -- pregunto Xiuqing a los presentes.

Como era de esperar Ziteng tomo el control de la situación, para evitar que fueran echados.

-- mi nombre es Huang Ziteng y este es mi equipo, somos de el área de control de enfermedades. -- sonrió.

Esto fue extraño para todos ya que era raro verlo sonreír. Por otro lado Yibo tuvo sus dudas ya que no pensó que para una persona tan recta y correcta dura tan fácil decir tantas mentiras como en este momento.

-- si pudiera facilitarnos un lugar para dormir y poder trabajar sin ser molestados. Claro que se pagará el favor de manera económica. -- y ofreció un sobre a esta persona.

El cual rechazo tal acto casi como si este sobre le quemará las manos.

-- no se preocupe hay una, -- se aclaró la garganta. -- un lugar grande al final de está calle, el dueño solía tener una familia pero sus hijos murieron hace mucho y si esposa lo abandono, sin duda prestará su casa, es buena persona. -- y se dispuso a escoltar a el grupo hasta el lugar. -- ¿y qué clase de médicos son? -- este hombre intento romper el hielo.

-- no señor no se confunda aquí el único medico es el doctor Wang Yibo.

Esto hizo que Yibo se detuviera en seco. ¿En qué momento paso de ser un corredor de motos a un médico. Aun así no tenía el carácter de contradecir a su líder en este momento.
Pero conforme el contingente se dirigía a este lugar, a Yibo le resultaba conocido cada paso y cada piedra en el camino, parecía como si un dejabú estuviera en su mente de manera constante, incluso los aromas eran registrados en su mente como un recuerdo.
Algo que fue notado por Xiao Zhan y camino hasta el, y le tomo la mano para caminar. Esto saco de sus pensamientos a Yibo y juntos sonrieron en silencio pero este dejabú se hizo más evidente cuando el timbre de está gran casa fue tocado.

Al abrir la puerta un hombre desalineado y sin rasurar les abrió la puerta. Lu JianMing estaba de pie frente a ellos, lucía mucho más viejo y lamentable de lo que Xiao Zhan recordaba.
Este era su padre adoptivo, nunca supo porque lo saco de las calles y lo llevo a vivir un infierno junto a su esposa, y cuando decidió no morir en este lugar y fue a la cuidad a buscar sobrevivir debió hacerlo solo ya que nadie lo apoyo.
Xiao Zhan inclino la cabeza esperando que no fuera reconocido por está persona.

-- ¡hijo mío has vuelto!-- grito JianMing al momento de verlo.

Y aunque ningúno de ellos tuviera el olfato canino desarrollado nadie podía ocultar el echo de que está persona estaba alcoholizada hasta más no poder.  Instintivamente Yibo y Yiting se pusieron enfrente para proteger lo mas preciado de su existencia.

-- JianMing estás personas están aquí para ayudar con lo de los desquiciados ¿puedes ofrecer tu casa para hospedarlos?-- dijo el jefe de el pueblo intentando minimizar su claro alcoholismo.

Ziteng nuevamente se puso al frente de la situación. -- tanto gusto señor JianMing. -- extendió la mano y sonrió

Los ojos de HaiKuan se pusieron negros y debió sostenerse de la pretina de el pantalón de Zhou Chen, quien busco su mano de un momento a otro. Todo mundo entro en la casa, era tan linda y perfecta, tenía ese aire campirano y antiguo que los hacía sentir en una novela de época.

-- ¿Bien?-- pregunto Zhou Chen con una sonrisa traviesa.

-- no, no, claro que no te diré, siempre dices que mis visiones son equivocadas. -- dijo mientras entraba a la gran casa.

Era un lugar hermoso como si fuera un hotel turístico, cada habitación estaba rodeada por bellos jardines y en el centro un lago artificial y unos peces vivos en el. Era difícil creer que un hombre alcohólico tuviera este lugar tan hermoso.

-- ¿Que hay por acá?-- Yibo pregunto mientras miraba hacía el final de el lago.

Xiao Zhan sintió un escalofríos en su cuerpo mientras pensaba en la forma de hacerlo volver a la estancia. -- didi esperemos a ver si hacepta el trato. -- decía por lo bajo mientras tiraba suavemente de su chaqueta de piel rojo y azul.

Pero Yibo ya no escuchaba, solo podía escuchar una vocecita en su cabeza llorando una y otra vez. Con lentitud cruzo el pequeño puente, y llegó hasta esa habitación alejada de el resto de la casa y abrió la puerta era una habitación amoblada de manera bastante sencilla y con mucho polvo, pero de alguna manera se sentía tan familiar, pero también doloroso y triste.

"¡Papá no!"

La voz de Xiao Zhan se escuchó como un eco en ella.
Ahora es que lo había descubierto este lugar era la casa de sus padres, se giro y vio el rostro de ese hombre frágil bondadoso y a la vez tan fuerte como para cargar tanto dolor en su pecho.
Este hombre suplicaba con la mirada que no dijera nada, pedía con lo más hermoso de su corazón que era su amor que no fuera contra este hombre viejo y acabado. Al compartir energía también compartían sus sentimientos y emociones, y está era la primera vez que podía ver el corazón sangrante de su esposo y dolía como el infierno, Yibo debió apretar sus puños para contener este sentimiento que lo estaba quemando por dentro. 

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Publicado el 31/05/22

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