8- El concurso

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POV TOM

Cuando regresamos a la casa, todos siguieron con su fiesta en la sala y eso me estaba generando conflicto, porque yo ya no tolero tener que cuidarlos a todos. Lo único que yo quería era irme a dormir, pero no podía hacerlo, porque si los dejaba solos, lo más seguro es que terminarían incendiando el lugar.

— Tienes que tomar agua —le informó Gilbert a Morgan mientras le daba una botella.

— No quiero —se cruzó de brazos como niña chiquita.

— Te vez muy tierna haciendo esa cara —le dijo Draco de manera sonriente, mientras recargaba su cabeza en su brazo.

— Tierna tu abuela —gruñó Morgan mientras se quitaba a Draco de enzima.

— Todos se están comportando como un montón de bebés —les informé y Morgan me saco la lengua.

— ¿Puedes hacer café? —me preguntó Gilbert.

— ¿Por qué no lo haces tú? —le pregunte de mala gana.

— ¿Tú quieres quedarte con ellos mientras yo hago el café? —lo pensé mejor y me levante del sillón sin decir nada para ir a la cocina.

Luego de unos minutos regrese a la sala y me encontré con Morgan arriba de la mesa, solo que está vez llevaba puesta una cortina enredada en todo el cuerpo como si fuera un vestido, tenía un paraguas en las manos y en la cabeza traía un sombrero horrible que no sé de dónde saco.

— ¿Qué estás ...?

— Shhh —Morgan me apunto con el paraguas— voy hacer un concurso —arrastró las palabras y todos la miraron con atención.

— Bajate de ahí ahora mismo —le ordene, pero me ignoró.

— Yo seré la jueza —anunció— así que tengo que estar aquí arriba, para decir quién gana.

— Eres aún más insoportable borracha —le informe y me miro mal.

— Y tu sigues siendo igual de amargado. 

Mientras colocaba café en las tazas, Morgan se enderezó y siguió con su papel de "jueza".

— El que diga mejor "Ey baby girl" le daré un beso —se tambaleo en la mesa.

Qué estupidez.

— Ey baby girl —el primero en seguirle el juego fue mi hermano. 

Morgan se veía muy satisfecha del intento de Matheo.

— Ey baby girrrl —el segundo en hablar fue Draco.

— Eeey baby giiirl —se levanto Regulus de su asiento.

Cada vez suenan más estúpidos diciendo eso.

— No es giiirl —le informo Aidan rodando los ojos.

— Claro que si —aseguró Regulus.

— No, no lo es.

— Entonces enséñame como es —lo retó Regulus muy ofendido.

— Ey baby girl —Morgan sonrió de oreja a oreja al escuchar a Aidan.

— Ey baibi gil —habló Mike y todos soltamos la carcajada.

— Definitivamente ese fue el peor de todos —se burló Gilbert y le di la razón.

— No es mi culpa que el inglés sea tan difícil —se defendió mientras se sentaba de nuevo en el sillón, con los brazos cruzados y haciendo un puchero.

— Y el ganador es...

— ¡Ya basta! —interrumpí a Morgan—. Y más les vale que todos vayan a sus cuartos en este momento o les prometo que se van arrepentir.

El plan de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora