El plan de los Riddle

9- ¿Me estas amenazando?

POV TOM

Bajé las escaleras y me encontré con mi padre recargado en la pared.

— Padre —lo salude.

— ¿Y los demás? —me preguntó seriamente.

— También es un gusto verte —comenté con sarcasmo y me miro mal.

— Se lo que pasó anoche —apreté mis labios en una fina línea.

Mierda.

Estaba pensando que decirle para intentar calmar la situación antes de que los demás bajan, pero me fue imposible, estaba completamente en blanco y no tenía ni una minúscula idea de que le podía decir para que pudiera evitar la gran tormenta que se avecinaba.

Cuando abrí la boca para mentirle, todos empezaron a bajar las escaleras y mi atención se centró en los últimos 3. Matheo, Draco y Morgan traían puestos lentes de sol. Cada uno se fue sentando en el sillón en silencio. Me gire levemente para observar a mi padre, él cual solamente estaba cruzado de brazos viendo a cada uno de una manera amenazante.

— Podemos explicar esto —el primero en hablar fue Matheo.

— Lo dudo —murmuró Gilbert y todos lo miramos mal.

— Lo que pasó fue...

— Fue mi culpa —Morgan se levantó del sillón.

— ¡CRUCIO!

Me tensé al ver la reacción de mi padre, porque no esperaba que la torturar sin antes escuchar lo que tenía que decirle, aunque bueno, mi padre dijo que ya sabía lo que había pasado, así que solo lo hubiéramos hecho perder el tiempo.

Morgan empezó a gritar de dolor, mientras se retorcía, lo cual era bastante comprensible, porque ni siquiera yo, que toda mi vida había recibido ese hechizo, podía aguantar el dolor.

En este momento siento un poco de pena por ella, porque considero que por un día ya era suficiente tener que aguantar la resaca, como para que también tenga que aguantar esto. Solo de verla y escucharla, me genera un sentimiento que realmente creía que no tenía.

— ¡BASTA! —se levantó del sillón Draco.

— No fue solo su culpa —lo secundo Matheo.

— Déjala ya —le pidió Aidan.

— ¡SILENCIO! —gritó mi padre, dejando a Morgan en el suelo.

POV MORGAN

Escuche la risa del pelón y me levante del suelo con dificultad, para poder mirlo a la cara.

— Al parecer ya les importas...

— N...no es cierto —respondí con dificultad.

— Solamente no queremos escuchar sus gritos a esta hora —habló Tom sin ninguna expresión en su cara—. Jamás nos va a importar.

Todas las miradas estaban en Tom incluyendo la mía.

¿Acaso estaba intentando ayudarme?

Mi mini yo, estaba saltando de felicidad.

— Vamos a dar un paseo, Morgan —me informó acercándose a mí.

— No gracias, así estoy bien —le aseguré.

— No fue una pregunta, es una orden —me informó tomándome del brazo.

— Pero... —no pude terminar mi oración porque todo a mí alrededor empezó a dar vueltas y veía todo borroso—. Voy a vomitar —exclamé cuando volví a sentir el piso bajo mis pies.