38- Provocación

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POV MORGAN

No se cuanto tiempo llevábamos en la fiesta, porque luego de tomarme mi quinto short, el alcohol estaba empezando hacer efecto en mi y no quería que eso siguiera aumentando, porque realmente me estaba divirtiendo y quería recordar todo lo que sucediera esta noche, porque jamás había tenido amigas con las que bailar como lo estaba haciendo ahorita con Davina, Astoria y Pansy. 

Luego de un buen rato decidí ir a sentarme a lado de Adrian Pucey, el chico me invito un trago, el cual acepte y me lo tomé de un jalón, no tenía idea de que era, pero estaba rico. 

No pasaron ni 10 minutos cuando ya empezaba a sentirme mareada, todo me estaba dando risa y sentía que nada de lo que estaba diciendo tenía sentido, pero algo que si tenía claro, eran las ganas que tenía de molestar y provocar a alguien y como por arte de magia apareció en mi campo de visión Riddle, el cual me veía con mala cara, mientras que se sentaba en el otro sillón, justo al frente de mi, a lado de una chica pelirroja, la cual se le aventó al instante. 

Matheo y la chica desconocida se empezaron a besar y por alguna razón sentí que se me formaba un nudo en la garganta y las ganas de vomitar se hicieron presentes. Así como de la nada aparecieron las ganas de molestarlo, después de ver esa escena, estas desaparecieron igual de rápido que como llegaron. Mire de nuevo a  Adrian y el chico me sonrío de oreja a oreja, atrayéndome hacia el, coló su brazo sobre sus hombros y aproveche la posición para recargar mi cabeza en su pecho. El chico empezó a jugar con mi cabello, mientras que escuchábamos como uno de sus amigos nos contaba como había logrado escaparse de un merodeador.

Mi atención volvió hacia Matheo y la chica, cuando empezaron a hacer ruido. Fruncí el ceño y en ese momento los ojos de Matheo se colocaron en mi. Sin dejar de comerse la chica, me mirada a mi, sus pupilas se dilataron y parecía estar disfrutando ver mi cara de incomodidad y repulsión. 

Por suerte para mi, Adrian leyó mi mente y extendió su mano para que fuéramos a la pista, a bailar, la cual acepte al instante con tal de quitarme de ahí.

Mientras bailaba con Adrian, la mirada de Matheo seguía puesta en mi, mientras que se seguía comiendo con la chica, solo que ahora el brillo de diversión que tenía en los ojos, había desaparecido. 

[...]

Al principio los dos estabamos en una especie de juego, donde yo le bailaba a Adrian y Matheo se besaba a la chica con más intensidad, dependiendo de lo que yo hicieran con mi pareja de baile y aunque al inicio yo la estaba pasando un poco mal, poco a poco se me fue pasando la sensación y empecé a disfrutarlo de verdad, cosa que para Matheo fue al revés.

— Ya fue suficiente Morgan —Matheo me tomó del  brazo, sacándome de la pista de baile.

— ¿Cuál es tu problema? —me zafe de su agarre. 

— ¿No te cansas de bailarle al idiota de Pucey?

— ¿No te cansas de besarte a esa chica?

Matheo iba a responderme, pero se quedo callado y en vez de eso ladeo la cabeza y sonrió de oreja a oreja.

— ¿Acaso estas celosa princesa? —ahí estaba de nuevo, la mirada burlona que tanto odiaba. 

— ¿Celosa? —me reí de él— No, no estoy celosa, solo me estoy divirtiendo.

— ¿Y para divertirte necesitas restregarte contra él, enfrente de todos?

— ¿Qué? yo no estoy ... —deje las palabras en el aire—  yo hago lo que quiera con mi vida y si quiero "restregarme" contra él, lo voy hacer.

El plan de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora