48- Fui yo Princesa

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(MARATON 4/5)


Ha pasado una semana desde que tuve ese momento con Matheo, enfrente de todos nuestros amigos y las cosas han estado rara entre ambos, porque cada que tenemos que compartir el mismo espacio, se empieza a sentir una tensión y al mismo tiempo una incomodidad, que no termino de explicarme y aunque quiero pensar que su comportamiento no tiene nada que ver con que le confesé que estaba enamorada de Harry, no encuentro otra razón por la cual se porta de ese modo conmigo. 

Aparte de eso, tampoco puedo sacarme de la cabeza el hecho de que dije en voz alta algo que realmente no es cierto. Se que me atrae Harry, que disfruto pasar tiempo con él, pero no me gusta y tampoco estoy enamorada de él. En realidad, creo que a pesar de que si he tenido varios novios, nunca he estado enamorada de ninguno y en esta ocasión no es la excepción, porque desde que empecé a acercarme más a Harry, tengo la sensación de que lo que sucede entre ambos no es real.

— ¿Dónde está Regulus? —me cuestionó Aidan, como si todo el tiempo estuviera con Reg.

Despegue la vista de la libreta y lo mire un poco confundida.

— Se supone que estaba con ustedes. 

— No lo hemos visto desde hace horas —me informó Draco y me encogí de hombros. 

— Tal vez este con una chica o probablemente se quedo dormido en algún salón como es de costumbre.

— ¿Desde hace cuantas horas no lo ven? —preguntó Mike inquieto.

— Desde hace como 3 horas —respondió Aidan y por alguna razón que todavía no termino de entender, todos parecían estar preocupados.

— Búsquenlo —nos ordeno Tom y sin protestar hicimos lo que nos pidió.

Nos dividimos en parejas y aunque no estaba de acuerdo con la pareja que me había tocado, decidí no discutir por ello y buscar a Regulus, porque eso era mucho más importante en este momento, que empezar una pelea con él.

[...]

— Recuérdame otra vez ¿por qué lo estamos buscando en el sótano? —me detuve de golpe cuando lo escuche hablar nuevamente. Rodee los ojos, aunque como Matheo estaba de espaldas, no podría verme.

— Porque puede estar aquí —respondí con obviedad y seguí caminando.

— Nadie baja aquí —me aseguro con mal genio— es más, estoy seguro de que nadie conoce la existencia de este lugar ¿Cómo es que tu si?

— Por el otro día Harry ... —mordí mi lengua al darme cuenta de lo que iba a decir—. Solo cállate y sigue buscando.

— ¿Tú y Potter han estado aquí haciendo sus cochinadas? —me preguntó con asco. 

— Yo no dije eso. 

<<Pero es verdad>>

Besarse, no es hacer cochinadas. 

— ¡Ósea que si es verdad! —su chillido me saco de mis pensamientos.

— ¡Que no! Ahora concéntrate y busca a ... —no pude terminar de hablar, porque en un movimiento rápido ya lo tenía atrás de mi, con su mano tapando mi boca.

— ¿Escuchas eso? 

— No —comenté cuando logre quitarme su mano de mi boca. 

Los dos nos quedamos callados y luego de unos segundos se escucho un ruido. Me separe de Matheo rápidamente, porque estaba pegada a su cuerpo y además de que me incomodaba esa posición, no podía moverme para buscar de donde podía provenir el ruido.

El plan de los RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora