El plan de los Riddle

22- La entrada

Al día siguiente no tenía ánimos de ver a nadie y mucho menos ganas de bajar a desayunar, pero Kol prácticamente me arrastro por todas las escaleras y me cargo hasta la cocina para asegurarse de que no me iba a ir. 

Cuando me senté en la mesa, todas las miradas se posaron en mí, por lo que me moví incomoda en mi lugar. Al ver sus caras recordé todas las tonterías que había dicho la noche anterior y me sentí un poco culpable, porque ellos no me habían hecho nada y no tenía que desquitarme con todos mis hermanos, por lo que sucedió en Beacon Hills.

— Morgan...

— Ya sé que estuve mal —interrumpí a Klaus— y que no debí de haberles dicho todo lo que dije...

— Nosotros también nos equivocamos —me interrumpió Rebekah.

— Deberíamos de olvidar lo que pasó anoche —propuso Freya.

— Iniciemos de nuevo —la apoyó Elijah y todos asentimos.

— Es un buen momento para brindar —comentó Kol, sosteniendo su copa en lo alto.

Luego de brindar, nos sentamos a comer y tuvimos un desayuno bastante tranquilo.

Los extrañaba más de lo que podía aceptar.

— Morgan, no olvides que hoy es la noche —me recordó Klaus.

— No puedo esperar a que llegue la hora —comenté con una leve sonrisa.

— Te compramos un vestido hermoso para esta noche —me informó Rebekah.

— Gracias —les di una última sonrisa y me fui de la mesa.

[...]

En la tarde Freya y Rebekah se encargaron de maquillarme y peinarme y debo de admitir que hicieron un trabajo espectacular, porque de haberlo hecho yo sola, no me hubiera queda ni la mitad de bien, de lo que ellas lo hicieron.

— ¿Lista?

— Hoy, luego de mucho tiempo, por fin voy a ser una de ustedes —hable emocionada y vi como mis hermanas se miraron entre sí.

— Bueno, en realidad...

— No es el momento Freya —la interrumpió Rebekah y arrugue mis cejas.

— ¿No es el momento de qué? —cuestioné con curiosidad.

— Es hora —pegó en la puerta Kol.

— Hablaremos después —Freya fue la primera en salir de la habitación seguida de Rebekah.

POV MATHEO

Desde que inicio la fiesta he estado platicando muy animadamente con Stefan y descubrí que a diferencia de su hermano, él era agradable, "tranquilo" y divertido. Una hora después la mayoría de las luces del lugar se apagaron por completo y un reflector alumbro las escaleras, donde apareció Morgan con una sonrisa de oreja a oreja. Se veía realmente hermosa y aun no podía comprender como es que sin importar lo que sea que se ponga, siempre se veía muy sexy y hermosa.

— Está chica es perfecta —pensé en voz alta.

— No puede ser —se burló de mí Tom.

Por estar concentrado en Morgan no me di cuenta cuando fue que Tom se nos unió.

— ¿Qué cosa? —mire a mi hermano.

— TE GUSTA —afirmó y abrí mis ojos muy sorprendido.

— Claro que no —respondí frunciendo el ceño.