El plan de los Riddle

19- Los recuerdos

POV MATHEO

Ya pasó una semana desde que vinieron de imprevisto todos a nuestra casa y las cosas han mejorado mucho para nosotros, ya nos llevamos mil veces mejor que los primeros días y hemos tenido varios momentos únicos, que aunque Morgan se niegue en reconocerlo, yo se que le han gustado.

Ahorita me encontraba leyendo un libro que le había quitado a Gilbert de su cuarto, el cual te explicaba como hacer hechizos complicados.

— ¿Nos extrañaron? —preguntó Bella apareciendo en medio de todos nosotros.

— No tienes una idea de cuánto —respondió con sarcasmo Tom.

— ¿Qué hacen aquí? —preguntó Gilbert alzando la vista de su libro.

— Venimos a ver a Morgan —respondió Narcissa con una sonrisa.

— ¿Dónde está? —preguntó Lucius luego de que se dio cuenta que ella no estaba con nosotros.

— En la cocina —respondió Mike sin mirarlo.

— ¡Así no es Malfoy! —todos escuchamos el gritó de Morgan, regañando a Draco.

— ¿Entonces? —la cuestionó Draco con aflicción. 

— Lo estás haciendo mal.

— No es cierto —gruñó Draco a la defensiva.

— ¡Tienes que ponerlo más adentro! —chilló Morgan y apreté mis labios para evitar soltar una carcajada al ver las caras que tenían los adultos.

— No fui la única que escucho eso ¿cierto? —todos negaron ante la pregunta de Bella.

Nos acercamos a la puerta.

— ¡Si! Perfecto, solo que un poco más adentro —pidió Morgan y mire con el ceño fruncido a Regulus.

No sé si fui el único que acaba de malpensando eso también.

POV MORGAN

Me encontraba en la cocina con Draco, pero ya había colmado mi paciencia porque por más que le explicaba las cosas, no me hacía caso y todo lo hacia mal.

— Es que lo estás haciendo todo mal —exclamé con horror— tienes que humedécelo, para que entrare mejor.

— Mierda Morgan —gruñó Draco en mi oído.

— ¡DETENGANSE LOS DOS! —nos ordenó Lucius abriendo la puerta de golpe y pegué un brincó en mi lugar por el grito.

Me gire para encontrarme a todos parados en la puerta con el ceño fruncido.

— ¿QUÉ RAYOS ESTÁ PASANDO AQUÍ? —preguntó el pelón con el ceño fruncido.

— Nada —respondí confundida —¿Por qué?

— Pensábamos que estaban teniendo sexo en la cocina —me confesó Bella y abrí mis ojos sorprendida.

Mire a Draco y él estaba igual de desconcertado que yo.

— ¿Por qué lo haríamos en la cocina? —preguntó Draco arrugando la nariz.

— Porque no tienen autocontrol.

— Pero está claro que no estaban haciendo eso —murmuró Lucius apretando los dientes.

— ¿Nos pueden explicar lo qué hacían? —nos pidió Narcissa con tranquilidad.

— Estabamos cocinando y ambos hicimos una apuesta que él perdió...

— Porque hiciste trampa —se quejo y negué.