Miércoles 23 de abril 2018
Seúl, Corea del SurDespués de ese placer que se habían dado, los dos se quedaron dormidos.
Jimin amaneció con su rostro apoyado en el pecho del pelirrojo, al igual que su pequeña mano derecha.
Hoseok empezó a resentir un peso sobre su torso, lo cual hizo que despertara, pasando su mano por su rostro tratando de despejarse, cuando lo hizo miró a Jimin recostado sobre su pecho profundamente dormido. Recordó lo que había pasado la noche anterior, y no pudo evitar sonreír.Volteó a ver la hora en el pequeño reloj sobre la mesita de noche, eran ya las seis treinta de la mañana, ya era hora de levantarse para darse una ducha.
Se movió lentamente para no despertar al rubio.
Se puso su pantalón, tomó sus lentes y salió sigilosamente de esa habitación, dirigiéndose a la suya para empezar un nuevo día.
Hoseok se sentía extrañamente feliz, se duchó y buscó en el clóset lo que se pondría. Se decidió por unos jeans negros, playera y chaqueta del mismo color, al igual que sus botines.
Terminó de arreglarse y pensó en ir a la habitación del rubio. Se sentía feliz por lo que había pasado entre ellos dos, pero al mismo tiempo se sentía un poco incómodo pues creía que se había aprovechado del rubio por el estado de ebriedad en el que se encontraba.Jimin, se despertó e inconscientemente buscaba con su mano el cuerpo cálido que había dormido a su lado, pero no sintió nada sólo el espacio vacío, abrió sus ojos y buscó con su mirada al pelirrojo.
—¿Hoseok?— llamó en voz baja pero nadie respondió. Se sentó recargándose en la cabecera de su cama llevando sus pequeñas manos a su rostro tratando de despejarse y cuando lo consiguió pensó en la noche anterior y al igual que Hoseok sintió una extraña alegría en su pecho.
Se levantó dirigiéndose al baño para darse una ducha.
Habiendo terminado, secaba su cuerpo tarareando alguna melodía alegre, se enredó una toalla cubriendo de su cintura para abajo. Se peinaba mirándose al espejo del lava manos. Miraba su rostro y se le vino a la mente los besos del pelirrojo, acariciaba sus labios con sus dedos cerrando los ojos.—Hoseok, ¿qué me pasa contigo?— de pronto, abrió sus ojos mirando nuevamente el espejo—. No, no, no. ¿Qué te pasa Jimin?— se cuestionó el mismo—. ¿Qué está pasando contigo?— sin dejar de mirarse al espejo se regañaba apuntando su reflejo con su dedo índice— Tú no puedes, no puedes enamorarte, no puedes. ¿entendiste?
Después de ese diálogo consigo mismo, salió del baño directo a su gran guardarropa eligiendo lo que iba a vestir.
Se maquilló como todos los días y estaba terminando de peinarse, cuando alguien tocó a su puerta.
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THE PRICE OF MY PRIDE || hopemin
أدب الهواةNunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón. Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...