~Entregandome a ti~
Acostados, Hoseok sobre el cuerpo del rubio y éste abrazando la espalda de ese chico de lentes que tanto había despreciado. Así es como empezaron las caricias cada vez más lascivas, más atrevidas y morbosas, pero también llenas de amor y ternura.
La respiración de ambos se tornaba cada vez más agitada, suspiros y jadeos era lo que aquellas paredes echas de bambú guardaban entre si.
Afuera de esa cabaña, el mar, las olas que golpeaban en las rocas, el viento que hacía bailar las palmeras y la hermosa luna llena eran testigos de la entrega de esas dos personas enamoradas.Las manos del pelirrojo se paseaban lentamente por la blanca figura de su hermoso rubio, besaba cada rincón, cada espacio de ese cuerpo que lo estaba volviendo loco de amor y de pasión.
Se abría espacio entre las piernas torneadas del rubio y una de sus manos empezó a acariciar el miembro ajeno, para luego dirigir su mano a la entrada rosada de su pequeño.
De pronto paró, algo lo hizo detenerse, y escondió su rostro en el cuello del rubio respirando agitadamente, retirando su mano de ese hermoso espacio del menor.—¿Qué pasa amor? ¿Por qué te detienes?— pregunta Jimin algo desconcertado.
—No quiero lastimarte— responde el pelirrojo entre jadeos—. No quiero causarte daño mi amor— dice sacando su rostro de su escondite mirándolo a los ojos mientras acaricia su rostro.
—Mi amor, no lo harás, y si siento algún dolor lo recibiré con gusto por que es contigo, con el amor de mi vida que sentiré ese dolor.
—Mi vida, te amo Jimin—soltó el pelirrojo besando esos labios que morían por ser mordidos.
—Dame tu mano mi amor—dijo el rubio, para después meter dos de los largos dedos del arquitecto a su propia boca, comenzando a chuparlos, y llenarlos de su saliva.
—Mi pequeño— susurro el pelirrojo sintiendo como una electricidad pasaba por todo su cuerpo al sentir sus dedos en la boca del rubio, se quedó viendo como Jimin metía y sacaba sus dedos de la boca, eso definitivamente lo estaba excitando demasiado.
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THE PRICE OF MY PRIDE || hopemin
Fiksi PenggemarNunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón. Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...