Capitulo 77

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*Recomiendo escuchar la canción para dar más énfasis a esta parte del capitulo*

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*Recomiendo escuchar la canción para dar más énfasis a esta parte del capitulo*

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Hoseok llegó finalmente a la casita y desde fuera se escuchaba música, el arquitecto se acercó a la puerta y entonces se dió cuenta que era esa canción que el rubio le había dedicado. Cerró sus ojos recargando su espalda en la puerta hasta que la canción terminó, llevó sus manos al rostro para limpiar unas necias lágrimas que empezaron a rodar por sus mejillas. La canción vuelve a reproducirse.

Abrió lentamente la puerta, estaba casi a oscuras, una pequeña lámpara en la mesita de noche alumbraba tenuemente, y en el sofá cerca de la ventana se miraba la silueta del rubio escuchando esa canción mirando hacia el ventanal, sin embargo afuera no se podía mirar nada pues era plena madrugada, la mirada de Jimin estaba perdida en algún punto de esa ventana.

El rubio con una copa en la mano y en la otra una botella de champagne que ya estaba a la mitad tarareaba esa bella melodía, a un lado de él estaba otra botella del licor tirada sobre el sofá pero ésta ya estaba vacía. El rostro de Jimin se miraba triste y marcado por lágrimas secas.

Hoseok se acercó sin que el rubio se diera cuenta. -Jimin.

El ojiverde apunto de beber un trago no lo hizo al escuchar esa voz tan conocida. Volteando después para verlo.

Y ahí estaba el pelinegro parado a un costado del sofá dónde Jimin permanecía sentado.
Con la copa en la mano y la botella dejándola en el suelo se levantó tambaleándose por los estragos del alcohol.

El rubio sonríe de lado. -¡Vaya! ¡Pero... miren a quien tenemos aquí! ¡Nada menosss y nada mas que al aarquitecto Jung Hoseok!

Hoseok lo miraba seriamente, con sus manos en los bolsillos de su pantalón.

-Pero, arquitecto Jung, no se quede ahí paradooo, passe sientesse. -Lo toma del brazo y lo sienta en el sofá. -Le serviree una copaa de cham...champ...¿dónde mierda lo puse? -mira hacia todos lados y luego al piso y ríe. -¡Ah! Aquí... aquí está.

En su misma copa sirve el espumoso líquido y se la ofrece al pelinegro. -No quiero, gracias. -soltó el arquitecto, el ojiverde solo se encoge de hombros y se bebe la copa sin siquiera respirar.

-No deberías beber más, Jimin. -le dice desde su lugar mientras el rubio sigue de pie ladeando su cuerpo de un lado a otro y vuelve a llenar la copa ignorando a su prometido.

THE PRICE OF MY PRIDE || hopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora