Domingo 25 de Mayo 2018
Busán, Corea del SurDespués de dos horas el matrimonio Jung llegó a la ciudad de Busán.
Antes de que el avión aterrizara, Hoseok despertó al escuchar al capitán del avión avisando su próximo aterrizaje.
El arquitecto volteó su rostro encontrando el del rubio, quien en todo el camino no había dormido nada.
-¿Te encuentras bien? -preguntó el rubio a su esposo.
Hoseok solo asintió llevando su mirada a la ventanilla del avión, no quería mirar a su esposo después de todo lo ocurrido. Miró su reloj eran casi las cinco de la mañana.
Jimin veía el perfil del pelinegro esperando aunque sea una mirada fugaz pero no la obtuvo. Entonces el rubio solo bajó su vista hacia sus pequeñas manos entrelazadas.
Habiendo bajado del avión, Hoseok y Jimin, el segundo con su saco en mano salieron del aeropuerto. Tomaron un taxi.
-¿Su equipaje, señor? -preguntó el taxista al mayor.
-No traemos, solo llévenos a dónde le indicaré.
El taxista asintió y siguió las indicaciones del pelinegro.
Jimin miraba los edificios de la hermosa ciudad de Busán, recordó el día que su ángel lo había llevado ahí para visitar y conocer a su familia.
Sus ojos empezaron a cerrarse no había dormido en toda la noche, y el camino que los llevaría a su destino al parecer era largo, y de un momento a otro se quedó profundamente dormido recargado sobre el vidrio de la ventanilla del auto.Hoseok volteó a verlo, recorrió con la mirada el rostro del rubio haciendo un alto en esos labios abultados y rosados que siempre lo volvían loco, suspiró. Sus deseos de besarlos tuvo que sacudirlos de su mente, su mirada siguió recorriendo el cuerpo delgado y curvilíneo del rubio que aún vestido podía ver cada rincón que sus manos habían acariciado y sus labios habían besado tantas veces.
Su mano hizo el intento por acariciar la mano del contrario pero antes de llegar a hacerlo la hizo un puño retirándola, dirigió su mirada hacia la ventanilla, en realidad no miraba el camino sino que su vista se fijó en algún punto del vidrio donde una gota de lluvia caía lentamente resbalándose traviesa.
-Parece que se avecina una tormenta, señor. -comentó el taxista mirando por el retrovisor al arquitecto. Encendió el limpiabrisas pues las gotas de la lluvia comenzaban a caer más intensamente.
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THE PRICE OF MY PRIDE || hopemin
FanficNunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón. Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...