Capitulo 60

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Enfurecida, Jazmín llamaba a su hijo quien iba unos pasos adelante de ella y más atrás venía Misuk

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Enfurecida, Jazmín llamaba a su hijo quien iba unos pasos adelante de ella y más atrás venía Misuk.
El castaño ignoraba a su madre pues el coraje que en esos momentos sentía no le daba para más.

-¡Ken! ¡Hazme caso!- espetó la mujer alcanzando a su hijo fuera de la mansión tomándolo del brazo para que le diera la cara.

-¡¿Qué quieres?!- habló el chico con voz alta- ¡¿Qué carajos quieres?!

En ese momento pasó de ellos la chica de cabello negro, cuando Ken la vió la tomó del brazo con brusquedad.

-¡Ven acá! ¡¿Tú qué carajos haces aquí Misuk?! ¡por tu culpa todo se echó a perder!- soltó el castaño mirando a la chica con enojo.

-¡Suéltame!

-¡No! ¡Hasta que me digas que haces aquí! ¡¿Por qué Jimin te conoce?!

-¡Que me sueltes! ¡El ya lo dijo vine a buscar a Hoseok!- espetó la chica soltándose del agarre.

-¡¿Pero, cómo supo que tú y yo somos amantes?!

-¡No lo sé! ¡Yo no le dije nada de eso, el día que vine solo le hable de Hoseok! ¡No sé cómo se enteró de lo nuestro! ¡Y ahora, déjame en paz!

La chica caminó hacia su auto subiendo en él y partir lejos de la mansión dónde jamás debió haber venido, se sentía humillada jamás imaginó lo que el rubio haría, incluso lágrimas de coraje y vergüenza salían de sus negros ojos, jamás nadie la había humillado de esa manera y mucho menos delante de tanta gente, tal vez eso era lo que merecía por haberse burlado de aquel adolescente de cabellos rojizos que no hacía otra cosa que tratar de ganarse su cariño y que ella tanto había despreciado.

Mientras tanto Ken, recargado en la puerta de su auto respiraba agitadamente por el coraje que sentía, lo mismo que su madre, ella estaba realmente enojada, al grado que de pronto golpeó el capacete del auto con la palma de su mano.

-¡Mierda!- soltó la mujer- ¡No sé cómo diablos lo vas a hacer pero más te vale que Jimin te perdone, por que si no muy pronto acabaremos en la calle!

-¡Déjame en paz! ¡Vámonos de aquí!

Ken abrió la puerta de su auto, lo encendió al mismo tiempo que la mujer subía al asiento del copiloto, y se marcharon hacia su residencia, todo se había venido abajo, sus planes no habían resultado como ellos lo habían pensado, pero Ken no se quedaría con los brazos cruzados, Jimin tenía que pagar muy caro esta humillación.

THE PRICE OF MY PRIDE || hopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora