Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Busán, Corea del Sur
-¡Jimin! -se escuchó una voz llena de alegría tan conocida por el rubio.
La pareja de recién casados terminaron su beso abruptamente al escuchar al azabache, quien se acercaba a ellos.
El rubio se apartó enseguida de su esposo para correr a los brazos de su primo y darle un abrazo tan fuerte como si no se hubieran visto en años.
Hoseok los observaba con sus facciones serias pero no es que estuviera molesto, simplemente desde hace días ese era su semblante, ya no era alegre, con la mirada entusiasmada, no, ahora tenía una mirada apagada y un tanto sombría, su sonrisas leves si es que las llegaba a mostrar eran tristes, en pocas palabras la luz de ese hombre se había apagado.
-¡Tae! -el rubio no pudo evitar sentirse seguro en brazos de su primo, como siempre ocurría cuando él estaba en algún problema o con sus crisis de depresión; Taehyung era el que siempre estaba a su lado, el que siempre lo consolaba, aunque hubo un tiempo de distanciamiento entre los dos, el azabache siempre estuvo al pendiente de su primo.
Taehyung se dió cuenta que el ojiverde derramó alguna lágrima cuando deshizo el abrazo; Jimin limpió enseguida esa lágrima tratando de disimularlo, pero el moreno no era nada tonto y se había dado cuenta de eso, también percibió la seriedad del arquitecto al saludarlo.
-¡Hola, Hoseok!
-Que tal Taehyung ¿Y Jungkook?
-Oh, pasen. -Dijo el azabache señalando el camino hacia la entrada de la casa. -Kookie enseguida regresa fue a hacer algunas compras para preparar una rica cena para ustedes. Pero pasemos, adelante.
Los tres entraron a la casa del peliazul; Hoseok siendo el último en entrar se sentó en el sofá principal de la sala de estar mientras que Jimin y su primo tomaron asiento en el sillón frente a él.
-¿Quieren tomar algo, mientras esperamos a Jungkook? -preguntó el azabache.
-Yo no, gracias Taehyung. -Respondió el pelinegro.
-Yo, solo un poco de agua primo.
-Muy bien ahora te lo sirvo.
Taehyung se levantó, llendo hacia la cocina por lo que su primo le había pedido. Mientras tanto, Jimin se puso de pie caminando hacia donde su esposo se encontraba sentado, sin pensarlo tomó lugar a su lado, entrelazó su mano con la del mayor.
