Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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El rubio abrió la puerta de la habitación del arquitecto abrazado a él de la cintura y el contrario abrazado a su hombro, entraron tambaleándose un poco por causa del pelinegro.
Estaba bastante pasado de copas y no había dejado de balbucear, miraba al ojiverde de vez en cuando y le sonreía, como si su subconsciente le hubiera bloqueado toda imagen lastimosa de su mente.
Jimin lo sentó en la orilla de la cama. -Eso es mi ángel, siéntate te quitaré los zapatos ¿de acuerdo? -El pelinegro obediente asiente.
Jimin se pone en cunclillas y empieza desabrochando un primer zapato y levanta la mirada despacio hacia su ángel cuando éste comienza a tararear una conocida canción.
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-La laralaralala laralala...
"La vida en rosa" piensa Jimin y sonríe lastimosamente con sus ojos puestos en el arquitecto. Baja su mirada para desabrochar el otro zapato y finalmente quita los dos.
El pelinegro sigue tarareando esa bella melodía y fija su mirada en ese rubio; en su borrachera no sabe como llegó hasta ahí junto a él.
Jimin se levanta y acaricia el rostro del contrario y su mano es detenida con suavidad por el arquitecto.
-Cántala. -pide el arquitecto con su voz distorsionada por el alcohol.
-¿Qué? -Responde con una sonrisa.
-Canta...nuestra canción, cántala.
Jimin de pie entre las piernas de su ángel le responde. -¿Quieres que cante?
Hoseok asiente y sus manos se posan en la cintura del rubio con su cabeza levantada mirándolo desde su lugar. -Sí...tú cantas muy bonito, cántala.
