Capitulo 98 PRIMERA PARTE

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La castaña caminó hacia su habitación, pasando por la puerta del cuarto de Hoseok se le ocurrió una gran idea; miró hacia los lados para verificar que nadie la viera, no sabía si su madrina estaba en casa o tal vez esa mocosa que tanto odiaba, el rubio se había quedado en la sala así que al parecer no había moros en la costa.

Tomó aire, hizo un gran esfuerzo para que sus ojos se rozaran fingiendo haber estado llorando
soltó el aire por la boca formando una o con sus labios, acto seguido despeinó un poco su cabello y apretó su brazo lo mas que pudo para que se formara una mancha morada, eso le daría mas credibilidad y empezó su actuación, tocando levemente la puerta del arquitecto.

—¿Jennie? —mencionó el pelinegro mirando un poco preocupado a la chica por el supuesto estado de ánimo en el que se encontraba.

La joven mujer pasó hacia el interior de la habitación, agachando la cabeza, comenzó a sollozar cubriendo su rostro con sus manos.

—¡Hobi! —Dijo con un supuesto llanto.

—¿Qué ocurre, Jennie? ¿por qué estas llorando?


La castaña descubrió su rostro yendo hacia el arquitecto abrazándolo, él por instinto correspondió a ese abrazo.  No obtuvo en ese momento respuesta de la chica, ella se dedicó a llorar, obviamente estaba fingiendo para conmover al contrario, cosa que estaba logrando.

Hoseok acariciaba el cabello castaño, dejando que la chica terminara de llorar, después de unos minutos ella se apartó unos centímetros del mas alto mirándolo a los ojos; las manos de la chica se dirigieron hacia el rostro ajeno acunándolo, ella trató de besar los labio ajenos; claro era una magnifica oportunidad que no podía desperdiciar, lo había conmovido, se notaba en su mirada, así que era un excelente momento para hacerlo caer.
Los labios de ella finalmente se acercaron a los del pelinegro y comenzó a mover los propios sobre los ajenos, las manos de la castaña bajaron hacia los brazos del arquitecto.
Estaba tratando de seducirlo. El rubio había ganado quizá la batalla pero la guerra aun no, así que se aprovecharía de la debilidad del arquitecto para ganarla.

—¡No, Jennie! —exclamó el chico dándole la espalda.

La castaña sonrió con malicia mordiéndose el labio inferior sin que el mayor se diera cuenta.

—¿Pero qué pasa Hobi? —preguntó la chica acariciando la espalda del pelinegro, él de inmediato se quitó de nuevo girando sobre sus pies para enfrentarla.

—¿Porqué haces esto? Ya te lo he dicho mil veces que yo...

—Si ya lo sé que tu amas a ese tipo. Pero me has correspondido ¿no te das cuenta?

—No, eso no es así, no te confundas. ¿Hasta cuando lo vas a entender?

—Tal vez nunca y menos ahora, por que aunque tu lo niegues también me besaste.

THE PRICE OF MY PRIDE || hopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora