Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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Jueves 18 de abril, 2018 Seul, Corea del Sur
Sonó la alarma en punto de las siete de la mañana. Hoseok se levantó, estirando un poco su cuerpo para sacar toda la pereza que sentía.
Se levantó soltando un bostezo que le hacía sentir ganas deregresar a su cama y dormir otrorato. Pero se contuvo, y fuedirecto al cuarto de baño para lavarselos dientes y enjuagar su rostro,después de secarse fue directo al clóset a ver la ropa que sepondría. Hoy vería a su jefe, asíque pensó en vestir un poco másformal.
Quizás podría vestir el traje rojo que le había llamado la atención desde un principio. ¿Sería adecuado?, Dios, que difícil saber si era adecuado o no, pensaba el pelirrojo.
De todas formas lo sacó del clóset y con cuidado lo puso sobre la cama, después regresó al guardarropa para elegir la camisa, tal vez una negra. En ese momento, tocaron a su puerta.
—¡Sí, pase!— dijo en voz alta, pues estaba dentro del closet.
—¿Hoseok?, ¡buen día!— el chico de cabello negro asomó la cabeza por la puerta del closet—. ¡Oh!, ahí estás.
—Hola, buen día, Taehyung— respondió con su sonrisa de siempre, colocando la camisa sobre la cama.
—Vine para ayudarte con lo de la ropa, pero veo que ya lo tienes listo.
—Sí. Bueno, en realidad no sé si esto sea adecuado. Verás, hoy llega mi jefe y tal vez deba vestir algo más formal. ¿Tú que opinas, Taehyung?
—¡Que hermoso traje, Hoseok!, síp, me parece que te verías muy bien.
—¿En verdad?, ¿no te parece muy llamativo?
—No, claro que no. Además, elegiste muy bien la camisa. Lo negro y el rojo ¡se ven geniales!
—¿Y la corbata?, no sé cuál se vería bien.
—No, no, no, corbata no. Este tipo de trajes se ven mejor sin corbata, Hoseok.
—¿En serio?, vaya, pensé que todos los trajes llevaban corbata.
—Nop, pero déjame felicitarte. Elegiste muy bien la combinación del traje con la camisa. ¡Excelente!— el azabachelevantó sus dos pulgares en señal de felicitación—. Ya vas aprendiendo, Hoseok. Ahora te dejo para que termines de arreglarte. Ah, los zapatos negros, ¿de acuerdo?
