Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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Jimin seguía admirando el jardín de tulipanes que le hacían recordar a su amado ángel. Miró el reloj pues ya había pasado bastante tiempo desde que había salido de su habitación, ya eran las once de la noche así que decidió regresar tomando su móvil que lo tenía a lado de él en la banquita. Al momento que lo tomó recibió una llamada y su rostro se iluminó al ver el nombre de su amado, haciendo que olvidara por lo pronto la horrible pesadilla que había tenido.
—¡Mi ángel!— habló con una gran alegría, sin embargo el chico al otro lado de la línea notó algo de tristeza en su voz, había aprendido a conocerlo bien.
—¡Hola mi amor! ¿Está todo bien?
—Si mi amor ¿Tú cómo estás?
—Yo estoy bien mi vida, pero te he extrañado mucho, sé que hablamos hoy temprano, pero aún así extraño tanto escucharte.
—Yo también te extraño mucho. Cada momento que pasa se me hace más difícil estar sin tí— la voz del rubio empezó a quebrarse y unas lágrimas comenzaban a asomarse por sus ojos, dejándose caer sobre el pasto cruzando sus piernas, apoyando los codos sobre ellas.
—Mi amor ¿Por qué lloras? ¿Te encuentras bien? ¿Pasó salgo?— preguntó el pelirrojo con preocupación.
—Estoy bien mi ángel, solo algo nostálgico, ahora me encuentro en nuestro refugio.
—Amor, yo también me siento así estando lejos de ti, es hermoso que te encuentres ahora en nuestro refugio, pero sé que te pasa algo más. Por favor no me ocultes nada.
El rubio se quedó en silencio, solo sorbía su nariz, y limpiaba sus lágrimas, esa pesadilla lo había dejado demasiado sensible.
—¿Jimin? ¿Por qué callas? ¿Amor qué sucede?
—Perdona mi ángel, no te preocupes, estoy bien en verdad. Es solamente que te extraño, tengo muchas ganas de verte, de abrazarte. No te preocupes es solo eso.
—Mi pequeño, yo también muero por verte. Se me ocurre que podemos hacer una video llamada ¿Qué te parece?
—No creo que sea buena idea amor. No quiero que me veas así con los ojos hinchados.
—¿Tanto has llorado?
—Si pero ahora que te he escuchado, me siento más tranquilo. Mejor cuéntame, ¿qué hiciste durante la tarde?
