Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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La castaña se quedó sin habla ante la presencia del rubio en su habitación, por unos segundos parada cerca de la puerta se quedó dudando si debía salir hacia la sala, de alguna manera la presencia del ojiverde le atemorizaba, pero tampoco se lo iba a demostrar.
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-¡Sorpresa!. - exclamó en un murmullo el rubio con sus manos extendidas hacia los lados.
-¿Qué haces aquí? -espetó la castaña.
Y como respuesta recibió una sonrisa de lado que se veía casi tétrica con la poca luz venida de la calle que se colaba por la ventana. La chica hizo el intento por salir del cuarto pero para su sorpresa el rubio fue mucho mas rápido que ella; en realidad la recamara no era muy grande de modo que para el ojiverde no fue tan difícil alcanzar el brazo de la mujer estirándola hacia él, con su otra mano la tomó por la barbilla llevándola al centro del cuarto.
-¡¡Suéltame, estúpido!!
La chica forcejeaba para soltarse sin poder lograrlo.
-¿Pensaste que ya había terminado contigo, alimaña?
-¿Qué carajos quieres? si no me sueltas voy a gritar.
-Excelente, grita para que venga Hoseok y que de una vez por todas se de cuenta de lo arpía que eres, maldita.
La castaña miraba con odio al contrario siendo plenamente correspondida, el rubio apretaba sus labios formando una linea mientras que la chica trataba por todos los medios de soltarse del agarre. La respiración de ambos se tornaba agitada por la furia que sentían.
-¿Qué es lo que quieres?
-Que me digas de donde conoces a Seokhyun. ¡Habla! ¿De dónde?
La castaña agarraba con fuerza la mano que le tenía aprisionado su mentón. Su brazo también era aprisionado por la otra mano del rubio, a pesar de ser muy delgado el rubio tenía la suficiente energía para sostenerla.
- Ya lo dijiste tu, lo conozco de la boda.
-¡Mientes!
-Digo la verdad. -La castaña dibujó una sonrisa ladina que el rubio no soportó. -Sientes miedo de que Hoseok me crea ¿no es asi? por eso estas aquí.