Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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Al mirar a Jimin salir de la habitación el corazón del arquitecto dió un vuelco, prácticamente el mundo se paró en ese momento para él. No, no quería perderlo, pero tampoco podía tenerlo consigo a la fuerza después de haberlo lastimado.
-¡Carajo!- Se dijo a si mismo tirando con fuerza la prenda en sus manos al suelo, sintiéndose una completa mierda.
Prácticamente salió corriendo de la habitación pensando lo peor; sí, el pelinegro creyó que su esposo se había ido.
-¡Jimin! -gritó con voz angustiada.
Recuperó el alivio cuando miró al rubio sentado en la sala con sus codos apoyados en sus piernas y cubriendo su rostro con sus pequeñas manos.
El más joven lloraba desconsolado, al escuchar la voz del contrario levantó su rostro bañado en lágrimas mirándolo ahí parado, exaltado.
Hoseok quería acercarse y abrazarlo pero recordó el rechazo del rubio en la quinta y no lo hizo solo se acercó quedando parado frente al rubio quien lo miraba desde su lugar.
-Creí...creí que te habías ido. -dijo con voz apagada mirándolo a los ojos.
-¿Cómo voy a irme? Si no puedo y no quiero estar sin ti. -dijo el rubio llorando levantándose de su lugar. -Por favor mi am...Hoseok, no me pidas que me vaya, yo...quiero estar contigo no me importa nada, solo...déjame estar a tu lado.
Hoseok lo miraba, el solo echo de tenerlo ahí frente a él, le volvía el alma al cuerpo.
-Jimin, yo...no me siento con derecho de retenerte a mi lado después de lo que te hice pero...tampoco quiero que te vayas.
El arquitecto dió un paso para acercarse más al rubio pero éste volvió a retroceder como lo hizo en la quinta, agachando la mirada.
Hoseok volvió a sentir esa punzada en su corazón al sentir nuevamente ese rechazo, pero también lo entendía.
El rubio volvió la mirada al contrario. -Lo siento...es un impulso yo...
-No te disculpes, entiendo. -se deja caer en el sofá recargando su cabeza en el respaldo del mismo mirando hacia el techo.
Jimin limpiando sus lágrimas vuelve a tomar asiento. -Hoseok...tenemos que hablar, hay cosas que no te he dicho, cosas que tienes que saber, para que puedas entenderme.
