Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
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Jackson subió al auto del rubio por órdenes de Taehyung. Cómo habían quedado el chofer de los Park pasaría al antro a recoger a Hyunjin y Christopher. El azabache se entretuvo un poco para darle las llaves al chofer y cuando menos acordó el rubio ya le llevaba ventaja.
-Jimin, ¿está bien?- preguntó el chofer preocupado.
-Si, no te preocupes Jackson, y gracias por recoger a los chicos, se que ya no son horas de trabajo pero...
-No tienes nada que agradecer Taehyung. Ahora ve con tu primo, nos vemos después.
El moreno asintió despidiéndose del chófer. Casi corriendo fue detrás del rubio para alcanzarlo, Jimin entró a su habitación dejando la puerta abierta caminaba de un lado a otro, era un manojo de nervios, se abrazaba el mismo como queriendo encontrar algún refugio.
El azabache entró y se quedó sorprendido de ver a su primo en ese estado, y más cuando Jimin soltó un llanto desesperado, asustado como si estuviera reviviendo cosas que lo habían dañado demasiado.
Taehyung se apresuró a abrazarlo. -Jimin, por Dios ¿pero qué te ocurre? ¿Que fue lo que pasó para ponerte en ese estado?
Taehyung sentía como el cuerpo de su querido primo temblaba, esa situación le hizo recordar aquella vez, hace años, cuando encontró a su primo desnudo, tirado en el frío suelo de aquella cancha de básquet. Aquella vez el rubio lloraba y temblaba de la misma forma que ahora ¿Pero por qué? Taehyung se lo preguntaba pero su primo simplemente no podía hablar sollozaba con demasiada angustia.
De pronto entre una voz cortada por el llanto el rubio habló. -Lo ví... Taehyung lo ví, lo ví. -dijo angustiado sin soltarse del abrazo de su primo.
-¿Qué? ¿A quien Jimin? ¿A quien viste?
-Ahi...estaba...lo ví...Taehyung.
-Jimin, necesito que te calmes. Y me digas a quien viste. Ven sientate. -Taehyung sentó a su primo sobre el borde de su cama. -Voy a hacerte un te para que puedas calmarte ¿De acuerdo?
Jimin desesperado no lo dejó tomando la mano ajena mirando con súplica al moreno. -¡No! ¡No te vayas! ¡No me dejes solo, por favor, no te vayas!
-Esta bien, está bien tranquilo no me iré. Entonces descansa ¿está bien?- el moreno levantó el edredón que cubría la cama. -Anda acuéstate Jimin.
El rubio repentinamente se puso de pie, corrió hacia el cuarto de baño se dejó caer frente al retrete y comenzó a tener arcadas para segundos después volver el estómago.