Capitulo 96 ¿CELOS?

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Seúl, Corea del Sur

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Seúl, Corea del Sur


Jin junto a Christopher checaban minuciosamente los bosquejos en los que Hoseok había estado trabajando antes de su boda.

Hoseok al haber hablado con Jin esa mañana, había puesto al tanto de los pendientes que había en la oficina.

El castaño se sentía como pez en el agua cuando de su trabajo como arquitecto se trataba, amaba su profesión y era feliz haciendo algunos trazos y una que otra correción en los bosquejos que Hoseok dejó sobre su escritorio.

Christopher por su parte seguía las instrucciones del mayor, después de todo era el experto en la arquitectura.

En una mesa larga que había en esa oficina extendieron los bosquejos para verificar que no hubiera ningún error.

Los dos colegas sonrientes y satisfechos de los resultados dieron luz verde para que el ingeniero encargado de la obra continuara con los detalles que aún faltaban en el hotel.

El edificio ya tenía una hermosa fachada y por dentro estaba espectacular digno de ser una de las mejores obras de la empresa Kim Arquitectos.

Jin sintiéndose algo cansado, pues había pasado casi toda la mañana trabajando, se sirvió un vaso con agua el cual tomó a tragos grandes, tomó asiento detrás del escritorio, recargando su cabeza en el respaldo cerrando sus ojos, tratando de relajarse.

¿No irás a comer, jefe? —preguntó el más joven.

Si, Namjoon quedó en pasar por mi en una hora más. Pero tú deberías irte ya a comer algo, hemos tenido una mañana bastante pesada. —respondió sin abrir los ojos.

Si, en un rato más ¿Te sientes bien?

—Si, solo algo cansado. ¿Irás a la mansión Park a comer? ¿Por qué no nos acompañas?

—Te lo agradezco jefe, pero Hyunjin también pasará por mí.

El castaño abre sus ojos, toma un sorbo de agua y sonríe.

Me alegra. ¿Y cómo vas con ese chico? Espero que no sea tan caprichoso como su amigo Jimin. —dice en tono de broma.

El más joven sonríe negando con la cabeza.

¡No! Hyunjin es muy diferente a Jimin.

—Me da gusto escuchar eso.

En ese momento la puerta de la oficina se abrió dejando ver al dueño del edificio Min.

El castaño y el más joven voltearon encontrando una sonrisa de oreja a oreja del pelimenta.

¡Oye, gatito! ¿Por qué entras así, no te enseñaron a tocar las puertas antes de entrar?

THE PRICE OF MY PRIDE || hopeminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora