Nunca sabemos lo que nos depara el futuro. Nunca sabemos en qué momento el amor llegará a nuestras vidas, y con ello, el dominio de nuestro corazón.
Park Jimin, el ser más engreído y caprichoso, además de vanidoso, pues sabía perfectamente de su atr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La imponente Hana llegó a la mansion, dirigida por Jimin. La pareja bajó de la motocicleta, siendo recibidos por Jackson quien estaba un poco extrañado de verlos llegar juntos, pero aún así los recibió con una sonrisa. Los chicos le entregaron los cascos junto con las llaves de la motocicleta, recibiendo la orden del rubio de guardar el vehículo en su lugar de la cochera.
—Bienvenidos, buenas noches— saludó el chófer amablemente.
—Buenas noches Jackson, gracias— respondió el pelirrojo, acomodándose sus lentes.
—¿Les llevo sus cosas a sus habitaciones? —propuso el chofer, señalando las mochilas de la pareja.
—No es necesario Jackson, las llevaremos nosotros— respondió el rubio siendo bastante amable, cosa que extrañó al chofer y al arquitecto, pero también les agradó la actitud del rubio, especialmente al pelirrojo—Solo la llevas mañana a una revisión, tal vez pronto vuelva a necesitarla— dijo el rubio refiriéndose a la motocicleta, y mirando al pelirrojo, dándole a entender con una mirada algo coqueta que tendrían que repetir esa hermosa aventura.
—Está bien Jimin, como tú digas—respondió el chofer.
Eran aproximadamente las ocho de la noche cuando arribaron a la lujosa mansión, se sentían algo cansados pero no podían borrar esa sonrisa de felicidad que sentían. Aunque no podían tomarse de las manos como querían, con su mirada bastaba para decirse palabras bellas, como se les estaba haciendo costumbre.
Hoseok, entendía y trataba de comprender que estando dentro de la mansión no podía demostrar su amor al rubio, así que se conformaba con dedicarle bellas sonrisas a su novio. El pelirrojo trataba de respetar la decisión de su pequeño de no decirle por lo pronto a nadie lo que había entre ellos dos.
Jimin también moría por abrazar a su hermoso ángel, pero debía contenerse, pronto podría demostrar su amor delante de todos. Los dos estaban aprendiendo a leer sus miradas, se sentían amados el uno por el otro.
Ya estando en el interior de la mansión se encontraron con la sorpresa de la visita del mejor amigo del rubio, quién ahora lucía un cabello en color rosa.
Junto a Taehyung estaba el pelirosa en la sala principal, platicando amenamente, cuando escucharon voces de dos personas que venían riéndose de quién sabe que cosa.
—¡Cariño! ¡Al fin llegas!— exclamó él pelirosa, parándose de su lugar para abrazar al rubio.
—¡Hyunjin! ¡Vaya, no imaginé encontrarte aquí!— respondió el rubio correspondiendo al abrazo para soltarse segundos después.
