Los últimos cinco días habían sido lo peores de su vida. No tenía cabeza para nada. La vida era lo suficiente cruel como para bombardearla por todos lados con anuncios de personas desparecidas.
Encendió el televisor de la sala, para distraer su mente. Sin embargo, en las noticias estaban dando un reportaje-documental sobre los testimonios de las familias con personas desaparecidas.
"En El Salvador desaparecen diez personas por día, la mayoría de 15 a 39 años. El patrón suele ser el mismo: salieron a trabajar, estudiar o visitar a un amigo y ya no regresaron a casa. La Fiscalía General de la República registró más de 3,500 casos desparecidos solo en el año anterior."
Beck se quebró y empezó a llorar. Ya no soportaba no saber nada de ella, su luz, su amor. Lo que Helene representaba era más que su simple esposa y hasta ese momento no lo había entendido. Era su otra mitad, literal y figurativamente.
Helene siempre la esperaba, siempre tenía algo que compartir con ella, siempre estaba feliz, siempre tan dispuesta. Casi como una esposa trofeo. Fue entonces cuando Beck se dio cuenta lo cruel y miserable que había sido con ella. Nunca la tomó como su igual, sino como un complemento que se le fue dado.
No era que no la amase, la había amado, pero nunca llegó a comprenderla completamente. Tal vez por eso Len se había esforzado en complacerla en todo, era su única forma de poder estar cerca de ella. Había sido tan fría e indiferente, y le había valido lo que Len pensara de ella, de todas maneras, creía que Len era la que necesitaba en la vida.
Cuando se casaron todo había sido un cuento de hadas, las dos contra el mundo. Pero, quizá la rutina, su egoísmo o cualquier otro justificante las habían separado. Helene se encontraba cegada por el amor que le daba Beck. Como una polilla cegada por la luz de foco. Todo había sido una farsa, que para Beck funcionaba para su conveniencia. ¿Por qué nunca de pregunto que sentía Len realmente? Dio por hecho que estaba feliz, pero obviamente no era así. Siempre creyó que las dos simplemente tenía que coexistir para estar juntas. Ahora se daba cuenta lo que sentía Len cuando pasaba días sin estar con ella. Sola.
Recordó las noches que pasaban juntas cuando compartían la misma cama.
"- Los recientes estudios de orientación feminista han puesto de relieve que no hay campo alguno en el que las mujeres no hayan dejado huella, aun cuando esta haya sido invisibilizada, silenciada o negada. Las investigaciones de las disciplinas antropológicas, sociológicas, filosóficas, pedagógicas e históricas que siguen esa metodología...- Beck la escuchaba hablar mientras estaba en el baño lavándose el rostro.
Salió con la cabeza envuelta en una toalla. Miró como Len acostada en la cama con unos pants holgados y una camisa lo suficientemente grande para caber dos personas. Tenía el cabello revuelto, recién salida de la ducha. No llevaba puesto sus anteojos, por algún motivo, que hasta la misma Beck encontraba extraño, a Len le gustaba leer sin ellos. Aun sabiendo que eso podía empeorar su condición.
-Amor, y ahora que estas leyendo. – Preguntó mientras se aplicaba cremas corporales.
-Mujeres en público, me lo presto Lidia. ¿Quieres que te lea un poco? – Beck solo asintió. Había días que se deleitaba con escuchar la voz de Len, después de una jornada laboral, de cenar y mirar un poco de televisión, las dos se acurrucaban en la cama. Helene leía cualquier cosa que la mantuviera entretenida en ese momento. – muestra que la transición cultural que supusieron el renacimiento y, posteriormente la Ilustración posibilitó el surgimiento de un nuevo paradigma que apuntado a un proceso de secularización. La laicización del Estado salvadoreño, y con ella la de la escuela como principal institución de socialización. Permitió sentar las bases jurídicas para que ningún credo religioso condicionara los derechos y las garantías individuales de sector alguna de la población. – Beck se metió en la cama con los pies fríos, levantó el brazo de Len y puso cabeza en el pecho de ella.
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Incertidumbre
RomanceSu matrimonio se desmorona apedazos. Tal vez era necesario dejar el orgullo a un lado. De su amor sólo quedó humo: una nueva existencia para una vida de eterna ceniza.