Sessenta e Três

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Andrea abrió HBOMAX buscando algo que ver. Nada de lo que vio le convenció y terminó buscando en primervideo.

-No hay nada que me guste.

-Podemos ver una en Disney plus. - Un suave tirón en su muñeca la forzó a mover el control hacía Len.

-Hay esa nueva película de Adam Sandler- la joven mujer ofreció.

-Odio a Adam.

-Mira, podemos ver una película vieja.

-No quiero ver algo deprimente. Vamos a ver una romántica.

- ¿Por qué una romántica y no una comedia?

-Bien, este es el Día de Amor Amistad, boba.

-Si dos personas están realmente enamoradas no necesitan un día para celebrar este día.

-Andrea Acosta, eres tan cínica. Dame eso. - Len tomó el control y comenzó a buscar a través de las aplicaciones. -Sabes que podríamos jugar o algo si prefieres. Podemos jugar en la switch, ¿Qué te parece Kirby? - Se rió de la avergonzada sonrisa en la cara de la mujer más mayor. – Si me he pasado algunos niveles

- ¿Cómo le haces, juegas cuando estoy dormida?

-Es adictivo. Vamos, encontremos algo para que nosotras veamos.

Quince minutos más tarde la televisión todavía no ofrecía apropiados programas para ver.

- ¿Hay qué? ¿Más de mil películas y series, y no nosotras no podemos encontrar nada para ver?

-Eso es porque no quieres ver alguna historia de amor y yo no quiero ver alguna de esas películas donde corren rápidamente haciendo explotar edificios, - Len contestó.

-Mucho para la televisión. - Andrea presionó el botón de apagado y lanzó el telecontrol sobre la mesa del café. -Este es un emocionante Día del Amor y la Amistad.

-Si estás aburrida entonces vamos a hacer algo diferente.

- ¿Cómo qué?

-Podríamos jugar minecraft o algo así. - Len estaba también no sabiendo qué hacer. Aunque nunca hubiera creído que podría suceder, estaba realmente bastante aburrida en estos momentos. En dos meses de tiempo habían conseguido ver cada película que Andrea le gustaba y jugado cada juego en la casa varias veces. Realmente no había mucho más para hacer excepto... hablar.

- ¿Eh?

-Vamos hacer un poco de chocolate caliente, recostarnos, y hablamos. Tú sabes, una de nuestras infames conversaciones de chicas. - Los ojos de Len tenían un brillo de travesura.

- ¿Y cuál exactamente sería el tema de la conversación esta noche? No estaré haciendo "revivir" tus momentos más embarazosos otra vez.

-Oh vamos, tú te enteraste de algunas cosas bastante embarazosas sobre mí también, - Len regañó.

-Bien, eso es verdad, - Andrea concedió. - Ok, jugaré, pero vamos a estar en la cocina y hacer la cena mientras estamos hablando.

Quince minutos más tarde Len estaba sentada en la mesa de la cocina cortando cebollas mientras Andrea estaba parada en la plataforma rebanando champiñones.

- Contéstame algo, - dijo Helene mientras limpiaba el interminable río de lágrimas, - ¿Por qué soy yo quién termina siempre cortando la cebolla?

-Oh, no puedo soportarlas, me hacen llorar, - dijo Andrea descaradamente.

-Eres afortunada de no estar al alcance de mi mano, Srta. Acosta, - advirtió juguetonamente.

IncertidumbreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora