ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔛𝔛ℑℑℑ

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𝔎𝔞𝔭𝔦𝔱𝔢𝔩 𝔛𝔛ℑℑℑ : ℨ𝔢𝔯𝔟𝔯𝔬𝔠𝔥𝔢𝔫𝔢 𝔐𝔞𝔰𝔨𝔢

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—El amor me dijo dónde vivías. Él me aconsejó... Guió mis ojos que yo le había entregado. Sin ser nauchero, te juro que navegaría hasta la playa más lejana para enamorar a la  joya tan estimada. 

—Repita esa línea por favor.

Interrumpió Inglaterra analizando el guión después de escuchar al Alemán ensayar. El Imperio Alemán suspiró y volvió a expresar la misma oración:

—El amor me dijo dónde vivías. Él me aconsejó... Guió mis ojos que yo le había entregado... Sin ser nauchero... te juro que navegaría... hasta la playa más lejana para enamorar... a la joya tan estimada.

—La entonación no es la mejor, de nuevo.

Dijo el Inglés insatisfecho por la forma de expresión del castaño. Pero el joven estaba comenzando a sentirse molesto y frustrado. El director se puso de pie y comenzó a explicar:

—Recuerde que usted no es el Imperio Alemán, es el noble de Guscio. No está leyendo, está actuando. Imagine que es el dramaturgo recreando las escenas mientras escribe encerrado en su estudio en medio de la noche.

—"El amor me dijo dónde..". Ugh, esto es ridículo.

Se quejó el alemán rindiéndose a medio diálogo. Dejó caer el brazo a su costado con el cual agarraba su guión. Habían estado ensayando desde la mañana en el teatro de la academia. Este era grande y espacioso, a pesar de ser procedente de algún siglo pasado, estaba más cuidado que los actuales de las grandes ciudades.

Su papel era uno importante en la obra, pero esa ni siquiera había sido su decisión. El señor Inglaterra había dirigido unas audiciones para el rol que deseaba cada quien, pero la mayoría terminó con un papel que no esperaba; el director había analizado el estilo de cada quien, y de acuerdo a ello, asignó los papeles de la obra.

—¿Por qué interpreta las cosas de esa manera?

Dudó el director poniéndose de pie lentamente. Había permanecido sentado frente al escenario durante casi todo el día mientras seguía el guión con la vista y juzgaba las actuaciones de sus alumnos. El Imperio Alemán suspiró exhausto y comenzó a explicarse:

—No deseo tener este papel, ¿por qué no se lo da a alguien más que en verdad lo quiere? Estoy conforme con un rol secundario, de preferencia que no aparezca, esto se me es bastante dramático, no quiero parecer bufón.

El Inglés estaba incrédulo, su sonrisa pareció torcerse, casi rompiendo con su habitual expresión sin fatiga. Cerró los ojos mientras asintió con la cabeza comprensivo.

—I see... Dígame, ¿qué hará cuando una nación le declare la guerra? ¿Acaso le dirá que busque a alguien más con quién pelear? O cuando sea su coronación, ¿dirá que busquen a otro heredero porque usted quiere estar libre de responsabilidades? O si debe contraer matrimonio por un bien político, ¿rechazará porque no lo desea? Soy todo oídos, ¿qué hará? Enlighten me.

Los alumnos en el escenario permanecieron inmóviles, como personajes pintados en el fondo. Mientras que los restantes ocultos detrás de las cortinas, se limitaban a simplemente escuchar la confrontación.

El Alemán permaneció en silencio, y a pesar de que su respiración era silenciosa, su pecho se inflaba con cada inhalada de aire puro, no deseaba perder el control frente a todos. Ese hombre en ocasiones le hacía enojar, parecía que lo provocaba a propósito. Inglaterra arqueó las cejas y volvió a hablar:

Lieber Edelweiß | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora