ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝔛𝔏𝔙ℑℑℑ

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𝔎𝔞𝔭𝔦𝔱𝔢𝔩 𝔛𝔏𝔙ℑℑℑ : 𝔈𝔦𝔫 𝔰𝔠𝔥𝔩𝔢𝔠𝔥𝔱𝔢𝔰 𝔍𝔞𝔥𝔯

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"Bitte hilf mir, Russisch...

No sé cómo explicar mi situación desesperada, ni siquiera yo comprendo lo que ocurre. Pero de lo que sí estoy consciente de manera vívida, es que algo está terriblemente mal. Desde... Bueno... Desde nuestro matrimonio, usted sabe lo que me ocurrió en el ojo; realmente usted es el único externo a nosotros dos que sabe la realidad de los hechos. 

Hemos estado... altercando, si así puedo ponerlo, dolorosamente. Y no sólo es su culpa, yo también soy culpable equitativamente. He dicho y realizado cosas horribles que no ayudan en ningún sentido a la situación. Hay días enteros en los que no nos dirigimos la palabra en absoluto... Ni siquiera nos podemos ver a la cara. Ni escucho su voz al hablar con los sirvientes. A veces desaparece de mi rutina y no volvemos a cruzarnos hasta que sea necesario para nuestros corazones dolidos. En ocasiones yo soy quien hace todo eso, como un cobarde. 

Pero no me siento satisfecho ni orgulloso cuando actuamos como si todo hubiera terminado y no nos conociéramos. Antes de escribir esta carta, le pregunté por millonésima vez a Gustav si había una carta o algo similar para mí enviado por mi marido, y no había nada... Por supuesto... Nada. 

Sé que debo hablar con él o escribirle, pero si lo hago y le pregunto si realmente quiere terminar las cosas y me dice de manera fría y seca que sí, entonces no sé qué haré. Tengo miedo porque no quiero que me abandone, porque soy egoísta, lo sé. Al final de cuentas arruiné su vida para que esté conmigo. 

¿De qué me sirve vivir sin él? Sorprendente que llegue a admitir esto, lo sé... Soy tan vergonzoso, hasta yo quiero vomitar de lo estúpido que soy. Si él quiere hablar conmigo... Lo hará, porque yo ya lo he perdonado en el pasado. No me importa lo que me hizo, acepté que estoy enamorado profundamente de él; siempre he estado dispuesto a seguirle y hacer lo que me diga. 

Si decide seguir así y no hablarme, entonces... Significa que no desea nada más que nuestro fin. No me refiero al fin de un lazo matrimonial. Me refiero al fin de nuestra existencia, de nuestras vidas. Es complicado de explicar, ni siquiera yo puedo revelar todos los detalles hacia mi único confidente amistoso de confianza longeva. No sé qué hacer, estoy completamente perdido. He tomado sin fin, no he dormido, he estado encerrado en mi estudio, o esperando frente a la puerta para que regrese y verlo antes de esconderme como el cobarde que soy. Dígame qué hacer, sinceramente se lo pido por favor.

Atentamente, Preußen."


El Reino de Italia no siempre era el más puntual en comparación al resto de los europeos. A menos que fuera el anfitrión, nunca era la primera alma en el lugar. Al Imperio Alemán nunca le molestó este comportamiento, pues este no era nadie para juzgar porque era parte de su costumbre demorar su llegada por una gran fracción de tiempo. 

Desafortunadamente, ya no estaba aliado con el Alemán. Los seres con quienes trabaja eran diferentes, y vaya que lo eran. No radicalmente, pero no eran tan... "risueños" como el Alemán.

—¿Y esas caras?

Preguntó el recién llegado borrando su sonrisa levemente. Como de costumbre, era el último en llegar, ¿por qué siempre estaban a la hora? Ni siquiera demoraban cinco minutos. Esa puntualidad realmente le aterraba. 

Lieber Edelweiß | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora