𝔎𝔞𝔭𝔦𝔱𝔢𝔩 𝔏 : 𝔘𝔫𝔤𝔩ü𝔠𝔨𝔰𝔟𝔯𝔦𝔫𝔤𝔢𝔯
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Ya era el mes de agosto; el calor aún estaba presente, pero poco a poco cambiarían las estaciones hasta llegar a un nuevo invierno que acecharía cruelmente a los pobres soldados que no tenían ni para comer. El transporte sería más lento y la comunicación también. Y si la situación rusa se encontraba pésima, entonces iría cien veces peor.
Rusia llegó a su escondite habitual en donde Alek ya lo esperaba para fumar en su corto tiempo de descanso de guardia. El soldado se sorprendió ante la notoria emoción en los usualmente cansados ojos nocturnos del príncipe.
—Caray, ¿a qué se debe tu ánimo? Hace un rato lamentabas en silencio la muerte de nuestros camaradas.
Si se comparaba el drástico cambio de humor, uno fácilmente se sorprendería. Hace aproximadamente dos meses, el Imperio Ruso ordenó a llevar a cabo la Ofensiva de Brusilov, la cual era de muy baja expectativas a los ojos de Rusia; más sabiendo que el frente enemigo era muy fuerte en esa región de Galitzia. Sin embargo, no fue mucho de un infierno, pues Austria-Hungría estaba concentrado en su batalla con el Reino de Italia, en la cual el miembro de los Aliados estaba fracasando. Por ende, los rusos debían liberar la tensión del oeste, esforzándose el doble en su ataque... Ya se podría deducir la cantidad de muertos de ambos lados.
—Me llegó un mensaje de algunos viejos amigos, estudiosos y líderes de grupos socialistas con los cuales tuve la oportunidad de compartir ideales tiempo atrás. Debido al estallido de la guerra muchos fuimos forzados a cortar contacto debido a nuestra situación mientras que otros nos traicionaron y sus ideas no combinaban con la visión conjunta. Ese no es el punto, lo importante aquí es... que muchos de ellos que permanecieron de nuestro lado están juntándose nuevamente para planear el derrocamiento del zar.
—¿Qué les hizo arriesgarse tanto por ello?
—Mira a tu alrededor Alek... todos estos hombres tenían familia, una vida, ¿y ahora? Mira como la mayoría no volverá a casa. La inflación actual es la peor que se pudo tener en años, la gente si no muere en el campo de batalla, muere de hambre y de enfermedad. Son explotados en las fábricas y con un ejército tan grande lo que se produce no es suficiente y adivina qué, más gente sufre y más gente muere tanto aquí como allá. Nada de esto hubiera pasado si esos imperialistas monárquicos de mierda usaran sus cabezas y realmente se preocuparan por su propia gente en lugar de interesarse en sus beneficios individuales, en sus dramas ridículos y en su codicia para construir nuevos palacios o apoderarse de tierras o adquirir nuevas joyas y trajecitos para sus estúpidos juegos de vestir. Todo este... sistema, es un abuso total.
El fervor intenso en sus palabras era admirable; Alek, alguien que nunca estaría interesado por la política ni por su propio motivo de vida, encontró algo por lo cual idealizar, por lo cual creer. Si las cosas cambiaran allá, tal vez su vida de miseria también cambiaría.
—Me sorprende como alguien como tú, literalmente el príncipe con el título de Gran Duque o lo que sea de todo ese nombramiento... Decida tener creencias tan... Anti-tú. Me refiero, estás en contra de todo tu beneficio.
Dijo Alek sin creer que un territorio fuera capaz de rebajarse para trabajar con seres inferiores, insignificantes.
—Lo hago porque es lo correcto. Que yo sea, desafortunadamente, el descendiente del Imperio Ruso, y que haya nacido con una cuchara de oro en la boca, no significa que... todo este abuso al proletariado sea correcto. Simplemente no lo puedo permitir.
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Lieber Edelweiß | Countryhumans
FanfictionLa flor de Edelweiß vive escondida en los helados Alpes. Una bella flor blanca de apariencia frágil. Pero cuidado, porque ese espejismo oculta lo resistente que es, lo reservada que es... lo solitaria que es en la brillante nieve... como si no quisi...