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Claro que las cosas no irían bien para Alemania. Quiso esperar hasta que salieran de territorio italiano para contarle a Weimar lo que escuchó, pero este ya se había adelantado. Mientras descansaban en el hotel, el azabache no podía conciliar el sueño, algo en su instinto le molestaba y lo mantenía alerta; algo respecto a su acompañante le daba mala espina.
Así que se atrevió a husmear entre las cosas de Alemania mientras dormía. Y finalmente encontró algo extraño. Encendió el resto de las luces y despertó al castaño cuando jaló agresivamente de la colcha.
No esperó ni a que el menor abriera los ojos cuando le comenzó a interrogar:
—¿Qué es esto? ¿Mm?
Alemania estaba encandilado por la luz y después de tallarse los ojos, se percató de lo que le estaba mostrando su hermano, era el cigarrillo que la Unión Soviética le metió en el bolsillo de su saco.
—Te quedaste dormido durante la ópera...
Murmuró mientras levantaba su cuerpo pesado hasta sentarse en la cama.
—Eso ya lo sé. Tú no fumas, ¿de quién es esto?
Reprendió furioso, Alemania en respuesta se esforzaba en mantenerse despierto; apenas y podía procesar la voz escandalosa que sus oídos percibían.
—Esperemos hasta el tren de la mañana ¿si?
Sugirió al bostezar. Weimar rompió el cigarrillo en dos y se lo tiró a la cara.
—Nein, ¿a quién viste? ¿Eh? No me digas que conspiras a mis espaldas.
Alemania rodó los ojos.
—¿Hablas en serio?
Weimar cuando se enfadaba movía los brazos con cada palabra que emitía, eso mismo hacía en la ocasión.
—¡¿Pues cómo crees que no pensaría eso?! ¡Ahora me dices toda la verdad... ¿Dónde mierdas estuviste?!
Alemania se tomó el tiempo de cerrar los ojos para respirar profunda y lentamente, debía mantener la paciencia y no discutir.
—Uno, no me dijiste que el Reino de Italia es un fascista. Dos, vi que algunos de los países salían de sus palcos de manera muy sospechosa, te llamé pero no despertaste, quise investigar. Tres, en efecto, salí del palco. Cuatro, vi a los de camisa negra con sus actitudes arrogantes. Cinco, el Vaticano y el Reino de Italia se encontraron, hablaron de un asunto político y para que no perdiera reputación por sus actos recientes, lo convenció con dinero y acuerdos de proclamar independencia total. Seis, el Reino de Italia se vio después con Suiza, él está preocupado porque la Sociedad de Naciones puede reprimirlo y consecuencias pueden seguir. Siete, hablaron mal de ti, de Hungría, de Austria y más. Ocho, y lo más importante... Suiza está detrás de muchas cosas, ella misma lo admitió. Además tienen un trato, ella se deshizo de enemigos en común y le ayudó a planificar cómo convencer al Vaticano, pero desconozco lo que él debe hacer.
Weimar rió bajo al escuchar eso. El menor no comprendía el motivo de su reacción, ni siquiera era una risa sincera.
—¿Te parece que bromeo?
El canciller se calmó, la sonrisa se borró de su rostro por completo. Se cruzó de brazos y le exigió la verdad a su hermano sin poder creerle:
—Ya dime qué hiciste a mis espaldas.
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Lieber Edelweiß | Countryhumans
FanfictionLa flor de Edelweiß vive escondida en los helados Alpes. Una bella flor blanca de apariencia frágil. Pero cuidado, porque ese espejismo oculta lo resistente que es, lo reservada que es... lo solitaria que es en la brillante nieve... como si no quisi...