𝔎𝔞𝔭𝔦𝔱𝔢𝔩 𝔏𝔛𝔙ℑ: 𝔐𝔢𝔦𝔫 𝔎𝔞𝔪𝔭𝔣
__________________________
Era pasado el mediodía, por suerte el sol no encandilaba sus ojos, pues las nubes creaban sombra. La brisa era fresca y siempre había sonido a su alrededor; el baile de las hojas de los árboles y del alto pasto.
Días después de haberse embriagado en una taberna de Berlín, el soviético pensó que no volvería a esa capital por algún tiempo indefinido... Aunque, bueno, allí estaba otra vez.
Pero esa ocasión era diferente. No se encontraba en el corazón de la ciudad escondiendo su identidad del público. Ahora estaba tranquilamente sentado sobre el mármol de una tumba. Así es, fue citado hasta el cementerio, en donde no había ni una sola alma... Viva, por supuesto.
Revisó la hora en su reloj y leyó la carta nuevamente que el remitente escribió en ruso:
"Unión Soviética,
Te escribo para solicitar tu presencia de inmediato, me temo que es una emergencia. Si esta carta te llega para el tiempo estimado, espero que me comprendas y llegues al cementerio, en las siguientes coordenadas ...
Espero tu llegada a las doce en punto, la puntualidad es lo más importante, más en estos momentos.
Alemania."
Con una pequeña sonrisa, el de mechón dorado se dijo a sí mismo:
—Ya tardó media hora. Seré yo quien se quejará ahora.
No pudo decir más, pues escuchó el movimiento fuerte entre los arbustos, revelando una figura ya muy conocida. Era Alemania... Claro que era el mismo, pero algo muy diferente se notaba con tan solo verlo.
—¿Qué sucede?
Fue lo primero que le dijo el mayor al ver que su cara denotaba incertidumbre severa. El castaño claro se tomó un tiempo para calmar su respiración, había estado trotando sin descanso alguno hasta allá.
—Creo que cometí un grave error.
Respondió al limpiarse una pequeña gota de sudor frío de la sien. El mayor no tenía idea lo que hablaba, y por la entonación del alemán supo que era algo importante, así que no era solo curiosidad lo que llegó a sentir.
Alemania volvió a recordar lo que hizo, completamente estresado, se masajeaba el rostro y se movía inquieto.
—Será mejor que lo digas ahora, tal vez pueda hacer algo al respecto.
El castaño claro se mordió el dedo índice hasta que escuchó las palabras del soviético. Se relamió los labios y negó con la cabeza.
–Ese es el problema, no se puede hacer nada al respecto ya... Mein Gott, estoy arruinado.
Por cuenta propia se pegó al árbol y se cubrió el rostro en completa humillación. No había mucho qué decir por parte del rojo, no sabía la situación; se mantenía siguiendo al menor con la mirada hasta que en un intento de adivinación, preguntó:
—¿Tiene algo que ver con Weimar?
Alemania se congeló, revelando sus ojos abiertos como platos. Sus orbes penetraban las tumbas de los muertos y se vio a él mismo bajo tierra.
—¡Claro, obviamente! ¡Jamás me perdonará por esto! ¡No sé en qué mierda estaba pensando, yo solo...! ¡Estaba enojado, ¿si?!
Estaba frenético, hacía mucho no se le veía en pánico. No era el miedo de lo que sucedería por actos de terceros, era el arrepentimiento de sus propias estupideces.
ESTÁS LEYENDO
Lieber Edelweiß | Countryhumans
FanfictionLa flor de Edelweiß vive escondida en los helados Alpes. Una bella flor blanca de apariencia frágil. Pero cuidado, porque ese espejismo oculta lo resistente que es, lo reservada que es... lo solitaria que es en la brillante nieve... como si no quisi...