Lieber Edelweiß | Countryhumans

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El rubio infló su pecho nervioso, sus puños estaban colocados sobre sus rodillas y su espalda estaba recta.  La mirada que Prusia le dedicaba empeoraba la situación. La luz del fuego proveniente de la chimenea iluminaba cálidamente a ambos, pero esta no podía bloquear la frialdad del mayor. 

—¿Entonces? 

Prusia ladeó la cabeza continuando la espera de la explicación. La Confederación Germánica miró hacia la chimenea y una onda de extraños sentimientos lo envolvieron, aquellas eran sensaciones que hace tanto tiempo había bloqueado y olvidado. 

—Yo... no soy su hijo... Simplemente... nací. 

Al escuchar aquella débil respuesta, Prusia rodó los ojos y se recargó cansado en el respaldo de su sillón. 

—¿Cómo es que simplemente nació? El surgimiento de un nuevo territorio o Estado no es porque simplemente nace y ya. Uno nace de la esencia del territorio, la energía designada, el deseo, o como una carga de quien esté al poder para que sepa que en algún momento caerá. Usted nació de una de estas, todos sabemos cómo surgimos, usted también. Viéndole mejor, tienen los mismos ojos azules, el mismo cabello rubio, el escudo... físicamente son más que similares. Si tuviera alas, podría decir que es su versión masculina. 

Aquello fue lo que hizo que la Confederación Germánica se perdiera. Como si una campana de claridad ahuyentara la densa niebla. Unas memorias fragmentadas, recuerdos de distintos puntos de vista intentaban juntarse en uno solo. 

—¡Señora, su rostro!

Una voz extraña lo transportó a una realidad en el valle del pasado desconocido. Se encontraba en un salón de algún palacio. Estaba dentro del cuerpo de alguien, sus acciones no las podía controlar, todo ya estaba realizado. Frente a él había una mujer alta y con ropa elegante, pero su rostro era lo contrario. Estaba agrietada. 

Las grietas se presentaban como un fenómeno en el que se demostraba la inestabilidad, la oscuridad, lo arruinado que podía estar uno. Tanta negatividad reprimida llegaba a crear estas grietas que se podían presentar por todo el cuerpo, normalmente en los brazos, rostros y torsos.

 Las grietas eran uno de tantos fenómenos que podían padecer los territorios. Normalmente se presenta cuando algún Estado está en peligro de muerte, pues contribuían a la desintegración de uno. 

Existían otros procesos que llevaban a mostrar la energía negativa. Como los ojos oscuros , estos se caracterizaban por la apariencia de unos ojos inyectados con tinta negra en donde el único color distinto era el del iris. Otro eran las ojeras. Existían ciertos tipos de marcas negras en el cuerpo que demostraban la mala esencia apoderándose de uno. 

Las alas de aquella mujer se extendieron, estas eran enormes, más grandes que las del Reino de Prusia, podrían superar a las del Imperio Ruso. Unas alas que en su estructura salían huesos filosos. Las alas eran cubiertas con decoraciones de diamantes y oro, intentando ocultar unas peculiaridades en su emplumado. 

Aquella acción hizo que retrocediera. En aquel momento se dio cuenta de que no se encontraba solo  con aquella mujer; a su lado, en fila, se encontraban otros; pero no sabía decir si eran territorios, consejeros, cortesanos, sirvientes... no tenía idea, ni siquiera sabía quién era él. Todos bajaban la cabeza en miedo, nervios, inferioridad.