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"Nuevas leyes para salvaguardar la gloria del Tercer Reich y del pueblo alemán:

I. El cierre inmediato de los negocios judíos restantes en todo el territorio del Tercer Reich será aplicado; solo los ciudadanos alemanes tienen derecho a ser propietarios de negocios. 

II. Los judíos tienen prohibido asistir a cines, conciertos o ser miembros de bandas. 

III. Queda prohibido para los judíos conducir por las carreteras del Tercer Reich ni poseer un automóvil.

IV. Ningún judío tiene permitido viajar fuera de su área local sin un permiso del gobierno; requerirán de los nuevos pasaportes especiales, por tanto es obligatorio entregar el pasaporte anterior.

V. Los judíos deben obedecer el toque de queda establecido, en el que se les prohíbe salir de sus hogares desde las nueve de la noche hasta las cinco de la mañana. 

VI. Ninguna judía puede ejercer profesión como partera. 

VII.  No se permite el ingreso o inscripción de niños judíos a las escuelas públicas del Tercer Reich. 

VII. El Registro Civil no admite solicitudes por parte de judíos para cambiar de nombre o apellido. Todo judío que no posea un nombre de origen judío tendrá adicionalmente el de "Israel" para varón y "Sara" para hembra. 

VIII. Los centros de salud no admiten pacientes judíos. 

IX. Todo judío está legalmente obligado a entregar la totalidad de oro, plata, diamantes y otras gemas o metales preciosos en su posesión al gobierno del Tercer Reich. Esto incluye anillos de boda y compromiso.

X. Como orden ejecutiva, se cancelan y prohíben todo tipo de contratos estatales celebrados con empresas de propietarios judíos. 

Incumplir con estas nuevas regulaciones asegurará repercusiones legales ante los tribunales del Tercer Reich.

Heil!"


La sala de reuniones ardía bajo murmullos y pláticas desde todo rincón posible. Las situaciones internacionales se volvían más tensas con el paso de los segundos y nadie sabía qué hacer o decir. Los pocos que aún reposaban su confianza en la Sociedad de Naciones esperaban soluciones en esa reunión... Sin embargo, el resto de los presentes estaba consciente que no ayudaría en absoluto, la fe estaba perdida, pero salirse significaba ser aislado por las miradas que al mismo tiempo desacreditaban a la Liga. 

"Arruinan el sabor del cigarro..."

Pensó completamente harto de todos al apagarlo con desánimo en el cenicero frente suyo y expulsaba su última nube de humo lentamente. 

—Oye, si no seguirás fumando, dame uno. Olvidé mi cajetilla en el hotel. 

La voz femenina lo sacó de sus quejas internas y giró la cabeza a su derecha, notando la presencia de quien estaba asignada en esa silla. El Reino de Bulgaria se acomodó en la silla y arqueó la ceja.

Lieber Edelweiß | CountryhumansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora