Capítulo 37

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¡Estúpida tú!

Capítulo 37.

Narra Sergio.

Les contaré un poco de mi vida, mi nombre es Sergio Román Quivera, tengo 26 años. Terminé mi carrera de contabilidad y finanzas. Mi padre siempre decía que yo debía seguir su legado para encargarme de la empresa familiar. Debo admitir que a mí también me llamó mucho la atención la contabilidad y los números.

Mi padre conoció a mi madre: Isabella Quivera en uno de sus tantos viajes de negocios, mi madre trabajaba en una empresa como auxiliar contable, según lo que mamá me  contó para ella fue como amor a primera vista y papá no le fue del todo indiferente.

Mi madre vivía y trabajaba en  Washington y mi padre vivía en New York, ahí tenía su empresa. Estaban un poco lejos, pero eso no fue impedimento para estar en contacto. Empezaron a hablar por teléfono, ambos estaban solteros sin ningún tipo de compromiso. Lo único es que casi no podían verse porque mi padre tenía muchas ocupaciones.

Empezaron una relación, un noviazgo de un año, el mayor obstáculo siempre fue  la distancia, luego mi madre quedó embarazada, le contó a mi padre y él se puso muy feliz. Papá viajaba cada que podía, siempre estuvo muy pendiente de todo su embarazo. Mi madre dice que cuando le hicieron la ecografía y dijeron que era un varoncito mi padre hasta lloró, desde el vientre fui un niño muy deseado y amado.

Mi papá trataba de estar con nosotros todo el tiempo posible, estuvo conmigo en las primeras etapas, mis primeras palabras, mis primeros pasos, pero era cada vez más difícil estar viajando por su trabajo.

Estuvo ausente unos seis meses por problemas graves en su empresa que requerían de su presencia obligatoria. Para mi madre y para mí fue difícil, más porque yo había generado un apego con él, lloraba cada que papá se tenía que marchar.

Luego de esos meses larguísimos para mamá, mi papá le propuso matrimonio y le dijo que se fueran a vivir a New York. Era un cambio drástico para ella, pero aún con todo eso no dudó en dejar la vida que tenía hecha en  Washington para casarse y mudarse con papá.

Ella estaba feliz porque por fin después de cinco años podrían conformar una familia, esa que siempre quiso, él más beneficiado de todo sería yo, ya que no tendría a mi padre lejos. Se mudaron al Distrito financiero y ahí empezaron su nueva vida, luego de unos meses se casaron.

Mi infancia fue muy feliz, nunca me faltó nada material ni emocional, papá siempre estuvo conmigo, recuerdo que de niño siempre me llevaba a la empresa según él para que me familiarizara con lo que un día sería mio.

La relación de mis padres siempre fue muy buena, llena de amor y armonía. Mamá quiso tener más bebés, bueno en realidad ella decía que era hora de buscar una hermanita, una niña para completar la parejita, tras varios intentos mamá no podía quedar embarazada.  Papá se ponía un poco esquivo con el tema, le decía que no se estresara por eso, al fin ya tenían el fruto de su amor. Lamentablemente por problemas de salud un poco delicados mi madre no pudo tener más hijos, por esa razón soy hijo único.

Mi padre siempre estuvo conmigo en primera fila aplaudiendo cada uno de mis logros, por pequeños que fueran. El más grande para él fue cuando le dije que quería estudiar contabilidad y finanzas, se puso feliz, siempre estuvo orgulloso de mí y yo del padre que me tocó, el mejor papá de todos. Por esa razón quise seguir sus pasos y un día poder ser como él.

Siempre compartimos tiempo de calidad los tres, salíamos, viajamos, eramos una familia muy feliz. Cuando cumplí 18 papá me regaló un auto deportivo: Koenigsegg Jesko color gris, ya se imaginan mi felicidad.

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