¡Estúpida tú!
Capítulo 44.
Narra Katia.
Termino de despedir a los últimos invitados, Sophia los acompaña hasta la puerta, al fin vuelve el silencio, miro el reloj son las 12:00 am. Busco a Paola con la mirada y no la encuentro, creo que bajo a la cocina. Tomo mi celular y le envío un mensaje a mi terroncito para avisarle como estuvo todo. Pongo cara de emoji con ojos de corazón cuando lo veo acostado en su cama sin camisa solo con un bóxers blanco, muerdo mi labio inferior y me lo como con la mirada.
Platicamos unos minutos, me dice que regresan en horas de la mañana. Bajo a la primera planta a buscarla cuando escucho un grito, se me enchina la piel, es Paola. Salgo corriendo con dirección a la cocina, de allí proviene el grito, pongo la mano en la manija, pero la puerta está cerrada.
Golpeo la puerta con desesperación y empiezo a llamarla, no recibo respuesta, solo siento un fuerte olor a gas. Me devuelvo corriendo y busco a Thomas, lo tomo del brazo y lo arrastro mientras llegamos a la cocina le explico lo que pasa.
Agarra la manija con fuerza, pero está cerrada con llave. Sophia y algunos empleados llegan a tratar de ayudar, Sophia envía a uno de los meseros a buscar las llaves en su oficina, pero no hay tiempo para eso.
Me tiemblan las manos, es que de solo pensar que algo le pase me muero, Sophia llama a los bomberos, si hay una fuga de gas puede ser muy peligroso para todos. Thomas se recarga con todas las fuerzas en la puerta, retrocede tres pasos y luego se deja ir con fuerza una vez más hasta que la puerta se abre.
Cruzamos el umbral, nos cubrimos el rostro con el brazo porque el olor es demasiado fuerte, la busco con la mirada y la veo tendida en el suelo.
—¡Paola! —Grito mientras corro hacia ella.
Thomas se inca de rodillas, Paola no responde está inconsciente, la toma en brazos y se incorpora con ella.
—Venga, traedme una toalla húmeda. Haced espacio, necesita aire —grita.
Grito desesperada que hagan lo que piden. Los empleados se hacen a un lado, Thomas camina a toda prisa con ella en brazos, cruza el umbral de la puerta principal se hinca de rodillas y me indica que haga lo mismo. Me explica que necesita oxígeno, me pide que me hinque para que sostenga su cabeza, eso hago, me pongo de rodillas y la sostengo. Paola parece que no respira, una lágrima se me escapa.
—¿Qué demonios pasa? —pregunto alterada.
—Vuestra amiga va a estar bien —responde él.
—¿Por qué jodidos no reacciona entonces? —grito.
—Os parece que ha inhalado demasiado gas.
Thomas vuelve a pedir una toalla húmeda, uno de los meseros se la entrega, él la recibe, la pone en su nariz y su boca parece que sabe lo que hace. Sophia me dice que ya viene la ambulancia. Asiento repetidas veces porque no me salen las palabras, solo siento miedo de imaginar que algo malo pueda pasarle.
Pienso en tantas cosas, Álex, el niño, sus papás, ¡Ay por Dios! Álex se volverá loco.
Thomas la pone de lado, humedece la toalla y la pone en su rostro. Miro cada cosa que hace, pero al parecer nada de lo que Thomas hace logra hacerla reaccionar, me desespero aún más. Y la maldita ambulancia que no llega.
—¿Y si le das respiración? —fue lo primero que se me ocurrió.
—No os creo que sea correcto —responde él un poco desconcertado.
—Si te da miedo que Álex te parta el culo no te preocupes, lo hiciste porque era necesario —exclamo—, te aseguro que si no la ayudas sí te va a partir en pedazos.
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
RomanceBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...