Colombia.
¡Estúpida tú!Capítulo 27.
Estoy hablando con Mateo cuando mi celular empieza a sonar, miro la pantalla y me aparece el nombre de la maestra de mi hijo, siento una sensación extraña, nunca me llama a esta hora, a no ser que necesite algo, no dudo en responder…
—¡Hola!
—Señora Paola, la llamo para informarle que nos estamos llevando a Álex para urgencias.
El corazón se me detiene, en ese momento aparece Álex que trae una sonrisa, pero desaparece al ver la expresión de mi rostro.
—¿Qué fue lo que pasó? —pregunto alterada.
—Se puso mal después del almuerzo, empezó con dificultad para respirar.
—Ya vamos para allá.
No pregunto nada más solo cuelgo. Mi corazón se quiere salir de mi pecho, Álex me mira preocupado a la espera de una respuesta, solo le digo que el niño se lo llevan para urgencias.
Mateo nos acompaña, él es quien maneja, en el camino le cuento a Álex lo que me dijo la maestra, no entiendo qué pasó, esta mañana estaba bien. La maestra me envía un mensaje con la ubicación del hospital donde lo llevaron, del susto ni pregunté.
Luego de los minutos más largos de nuestras vidas hemos llegado al Lincoln Medical Center, entramos por urgencias, la maestra está en la sala de espera, fuimos directo hacia ella.
—¿Cómo está, qué han dicho? —preguntamos al tiempo.
Aprieto mis sienes con fuerza, estoy muy nerviosa, Álex me pasa la mano por la espalda en una leve caricia.
—¿Qué fue lo que pasó? —pregunta Mateo.
—Tranquilos —La maestra trata de calmarnos—, ya el doctor lo está atendiendo, aún no han dicho nada.
—¿Pero qué fue lo que pasó? —exclamo—. ¿Por qué se puso así? ¿se atoró con algo? Cuando me llamó me dijo que no podía respirar bien.
Álex me abraza y me dice que respire y trate de calmarme, lo sé son muchas preguntas al tiempo, pero es mi niño, me preocupa demasiado. Álex aunque está igual de preocupado se muestra más centrado.
—Les dimos el almuerzo, hasta ahí todo normal, luego les dimos unos postres y en cuestión de minutos el niño empezó a estornudar, decía que le fastidiaba la garganta.
»Luego empezó con dificultad para tragar y respirar, sus labios empezaron a hincharse. Ahí fue cuando decidimos llamar a emergencias.
Álex y yo cruzamos miradas, estoy segura que pensamos lo mismo, pero Álex fue quién hizo la pregunta.
—¿De qué era el postre?
—De piña —responde ella.
Álex se pasa las manos por el cabello, yo me las paso por el cuello, ahora todo tiene sentido, la maestra nos mira confundida. Nunca le hicimos ningún tipo de examen al niño para saber si era alérgico como Álex, en la casa nunca se come piña por lo tanto no sabíamos si él también era alérgico.
Esto solo prueba que mini Álex heredó la misma alergia de su papá, ambos son alérgicos a la piña.
—¿Pasa algo? —pregunta la maestra preocupada.
—Creo saber qué le pasó a mi hijo —responde Álex —, Síndrome de alergia oral.
La maestra parece confundida.
—Álex es alérgico a la piña —agrego—, al parecer el niño también lo es.
Se cubre el rostro con las manos.
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
RomanceBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...