Extra Mateo y Katia.

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Extra Mateo y Katia.

Narra Katia.

Creo que un dragón ha poseído mi estómago, unos días después de nuestras vacaciones empecé con un apetito voraz y no solo sexual, porque ese sí que lo tengo activado. En las noches me tengo que levantar a comer porque mi estómago empieza a rugir, yo creo que es por toda la energía que pierdo mientras devoro a mi terroncito. Además la noche que le hice el baile fue una locura total.

Estoy en la oficina revisando unos menús mientras disfruto de unos ricos caramelos. Paola entra a la oficina se detiene y me mira, bueno mira todo lo que tengo en la mesa, una mezcla de dulces y salado.

—¿Es enserio? —se cruza de brazos —, ¿no desayunaste antes de venir?

—¿Vas a invitarme a desayunar? —hablo con la boca llena.

Ella rueda los ojos y se sienta en su escritorio.

—Te va a dar una indigestión con todo eso que tienes ahí.

—Tengo que alimentarme bien para poder responderle a mi terroncito como es. Después de las clases de sexy dance  se nos han ocurrido cosas nuevas.

—No quiero saber.

Suelta una risita. Yo sigo comiendo, devorando todo lo que tengo en mi escritorio. Paola y yo hablamos sobre algo que tenemos en mente. Damos un recorrido por el restaurante y sonreímos, es la satisfacción de saber que todo está bien.

Paola y yo estamos casi seguras que entre Sophia y Thomas algo se está cocinando, solo es cuestión de tiempo para que la cocción esté lista. Espero que sea así, ambos merecen ser felices.

Luego de salir del restaurante le digo a Paola que vamos de compras, mi armario necesita lencería nueva, quiero utilizar algo especial esta noche, las ganas de comer son grandes, y no precisamente dulces, bueno se podría decir que ese dulce en barra sí me encanta y no me canso de disfrutarlo.

Pasamos a la boutique, Paola elige algunos conjuntos, yo elijo los más sexys y provocativos que veo. Luego pasamos por algo para comer, Paola me mira mientras disfruto mi hamburguesa con papas.

—Avísame cuando comas gente.

Respondo con la boca llena.

—Yo ya como gente —sonrío con maldad —, devoro hombres.

Suelto una carcajada y Paola rueda los ojos.

—Katia —me mira— ,¿tú no estarás embarazada?

—¿Qué? —exclamo—, obvio no. Yo me cuido. Cuidado, la embarazada no sea otra después de esos bailes sexys y las noches de pasión desenfrenada. Nazli es muy pequeña para tener otro hermanito.

Suelto una carcajada. Ella se lleva una papa a la boca y sonríe como tonta.

—Empecé a cuidarme para poder tener esas noches salvajes. Las extrañaba demasiado —me mira—, tú eres la que anda comiendo de todo lo que ve, ¿segura que no estás embarazada?

Le doy un sorbo a mi refresco. Con Matt todo el tiempo tenía el estómago revuelto, ni siquiera podía comer, no, definitivamente no creo.

—No, con Matt tuve náuseas y esas cosas. Definitivamente no, deja de tratar de meterme el espíritu embarazador.

—Yo no soy la que te mete cosas —suelta una carcajada— .¿Cuándo fue tu último periodo? —pregunta con curiosidad.

—Ni idea. Quién se acuerda de esas cosas.

Paola hace un estúpido baile de cejas.

—Creo que estás más gordita.

Me cruzo de brazos.

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