¡Estúpida tú!
Capítulo 41.
—Solo te pido cinco minutos, solo eso —exclamo.
Silencio, no escucho nada y eso me preocupa.
»¿Podrías escucharme solo un minuto? —Trato de sonar calmada.
No recibo respuesta, solo escucho gritos de la gente que está afuera y dicen: «Se va a lanzar»
Trato de conservar la maldita calma, las manos me empezaron a temblar y no tengo mi polo a tierra. Tengo que pensar, pero no puedo.
:—¡Sergio por favor! —le suplico.
Vuelvo a escuchar pasos, el aire regresa a mi cuerpo.
—Un minuto —escucho a través de la puerta.
Es un avance. Inspiro profundamente, inhalo y exhalo. La manija se mueve, pongo mi mano en ella y le doy la vuelta cruzando el umbral. Levanto la mirada y está se me congela, el solo verlo es impresionante.
Su cabello está desordenado, en sus ojos no hay brillo, se ven sin luz, aparte de las enormes ojeras que tiene. Su rostro no tiene ningún tipo de expresión, sus manos están cubiertas por unas vendas manchadas de sangre, hasta aquí puedo sentir el olor, apesta a alcohol. Bajo la mirada y veo varias botellas en el suelo.
Avanzo un paso y él retrocede tres, lo miro a los ojos y él hace lo mismo.
—Vienes a ver como la causa de tus desgracias paga todas sus culpas —dice sin ningún tipo de expresión.
Siento un nudo en la garganta y no entiendo porqué me siento así. De aquel chico que vi en el restaurante aquellas veces no queda nada, solo hay pedazos, hasta la sonrisa que iluminaba su rostro desapareció.
—Así no son las cosas —digo en un pequeño hilo de voz.
Doy un paso y él vuelve a retroceder, me detengo.
—¡Aléjate, no te acerques! —se pone a la defensiva.
No me muevo.
»Mírame —se golpea el pecho con fuerza—, la causa de tu desgracia al fin va a pagar tus lágrimas y tu dolor.
Una lágrima se me escapa.
:—Por fin podrás estar tranquila, se hizo justicia —sus ojos se oscurecen por las lágrimas.
Empieza a retroceder, me desespero y avanzo, pero él levanta la mano en una clara señal «Conserva tu distancia»
»No te quiero cerca de mí —escupe —. No quiero dañarte más.
Esa palabra retumba en mi cabeza y la sentí en mi corazón como un puñal, un par de lágrimas se me escapan. Odio las emociones, no entiendo qué es todo esto que siento, de la nada quisiera llorar y no lo entiendo.
:—Soy una asco de persona, soy un enfermo —no hay ningún tipo de emoción en su rostro, solo unas lágrimas vacías.
Por un momento me vi tendida en el césped, todo me daba vueltas. Me sentía tan perdida, había dejado de sentir, todo mi mundo se había caído. Una lágrima se me escapa.
—Nada de lo que pasó es tu culpa —digo—, no te eches culpas que no te pertenecen.
Me mira unos segundos.
—No entiendes —niega.
Doy un paso adelante y esta vez él no se mueve.
—Te entiendo perfectamente, sé lo que sientes, tu mundo se rompió y todo lo que creías se esfumó —mis ojos se nublaron—, tu héroe se rompió en pedazos, te diste cuenta que nunca fue real, solo algo efímero que creó tu imaginación.
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
RomanceBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...