¡Estúpida tú!
Capítulo 55.
Se aleja solo unos centímetros. Aún puedo sentir su aliento caliente acariciando mis labios. Me mira a los ojos con un gesto de confusión, creo que yo la miro de la misma manera. Estaba a punto de darme un infarto, pero sabía tan bien, era tan cálido, entonces la tomo del cuello y esta vez soy yo el que rompe con la poca distancia y la beso. Cierro los ojos con lentitud. Y sí, esos labios son el paraíso, pero luego me iré al infierno.
Retrocede y me mira. No sé como interpretar su mirada.
—Lo siento, perdón —me paso las manos por el cuello.
Ella sigue un poco desconcertada, se cubre la boca y luego se pasa las manos por el pelo.
—Fue mi culpa —retrocede—, no debí…
La interrumpo.
—No. Fue culpa mía. Yo te besé, lo siento de veras, ¿vale? Fue un impulso.
Me mira a los ojos, pero es como si no lo hiciera. Su mirada se pierde, sus ojos se cristalizan.
—Me dejé llevar y no sé qué me pasó…
La vuelvo a interrumpir.
—Lo sé, lo sé yo no debí aprovecharme de ese momento de vulnerabilidad, lo siento de veras.
Un par de lágrimas ruedan por sus mejillas. Me siento un gilipollas. Baja la mirada y se queda en silencio, me paso las manos por el cuello y trato de retomar el aire. Veo caer sus lágrimas al suelo, empieza a negar al paso que retrocede y entonces sale corriendo. ¡Ostia, la he cagado y en grande!
….
Narra Paola.
En este último mes todo se me puso de cabezas, la resbalosa de Thael, los problemas con el restaurante, son demasiadas cosas las que traigo encima. Lo que más me duele son las discusiones con Álex, me reclama porque Thomas se la pasa conmigo, según él yo elegí esta estúpida venganza, pero no es así, le pedimos ayuda porque él puede hacerlo. Y de verdad necesito solucionarlo.
Pero Álex no lo ve así, para él solo es un maldito berrinche y una manera cruel en desquitarme, terminamos discutiendo y lo peor ni siquiera las malditas sábanas lo solucionan. Llego tarde y cansada, lo más sorprendente sin ganas de nada.
Todo se me juntó, al parecer no he podido manejarlo como pensaba. Thomas se ha convertido en mi mano derecha, ha sido de gran ayuda. He tenido que salir de viaje en repetidas ocasiones, él es quien me acompaña porque Katia debe quedarse al frente del restaurante mientras yo trato de solucionar los problemas en el restaurante de Brooklyn.
Estas últimas semanas he estado bajo mucha presión, es como estar en una burbuja que al pasar los minutos se queda sin aire y tú sientes como te asfixias. Así me he sentido yo, el poco aire que entra por mis fosas nasales es tan pesado que me quema cuando llega a mis pulmones.
Salgo de casa muy temprano. Voy directo al restaurante de Brooklyn porque hay un evento por cubrir y no tenemos chefs, le pedí a Thomas que me acompañe, Katia se queda al frente del restaurante atendiendo asuntos importantes.
Thomas me invita por un café, trata de animarme y yo trato de fingir que no pasa nada, que todo está bien y que todos estos problemas se van a solucionar.
…
Estoy en la cocina, trato de respirar, pero todo se me junta y siento la necesidad de llorar, así que lo hago. En ese momento Thomas me interrumpe, me pregunta preocupado si todo está bien, como impulso lo abrazo. Pero luego retrocedo. Me mira desconcertado, miro como se le remueve la manzanita de Adán.
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
Roman d'amourBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...