¡Estúpida tú!
Capítulo 22.
Salimos de la oficina cuando nos topamos en el pasillo a Mateo y Katia. Katia lleva su cabello revuelto y su ropa arrugada, cruzamos miradas y soltamos una risita, no quiero imaginar que hacían en esa oficina.
—¿Y tú qué haces aquí? —Indago con una sonrisa maliciosa.
Se pasa las manos por el vestido estirando sus arrugas, luego se las pasa por el cabello.
—Vine a traerle el almuerzo a mi terroncito —responde con una sonrisa.
—Ajá, ¿y qué tipo de almuerzo? —inquiere Álex mientras sujeta su barbilla.
—Pechugas de pollo a la plancha —responde Mateo y mira a Katia.
Soltamos una risita. Álex desliza su mano por mi espalda.
—Bueno, nosotros nos vamos — Mira a Mateo—, sigue disfrutando de tus pechugas.
Suelta una carcajada. Mateo mira a Katia y luego la abraza.
—Mi terroncito se tiene que ir, porque yo sí trabajo —Suelta una carcajada.
Álex deja una palmadita en su hombro y sonríe.
—Entonces trabaja esclavo, trabaja.
Soltamos una carcajada y empezamos a caminar, Mateo acompaña a Katia hasta el auto. Platicamos mientras caminamos por el pasillo, por inercia Katia y yo levantamos la mirada hasta el escritorio, haciendo conexión visual con el renacuajo. Ella levanta la mirada solo unos segundos y la vuelve a bajar, segundos después escuchamos sus pasos hacer ecos por todo el pasillo, sale corriendo y desaparece en cuestión de segundos.
Katia y yo cruzamos miradas y sonreímos, los chicos cruzaron miradas, nosotras los miramos y ellos solo levantan las manos en una clara señal de «No opino nada»
…
Llegamos a la escuela de mini Álex, no faltan las resbalosas que se le van los ojos con Álex, con más orgullo camino de su brazo. Nos acomodamos en un salón grande que está adecuado con sillas y una pequeña tarima, donde supongo que los niños harán sus presentaciones de las diferentes actividades en las que participarán. En la parte derecha hay una mesa llena de comidas, las maestras pidieron a los niños traer algo preparado por ellos con ayuda de sus padres, así que anoche bien juiciosos preparamos Krispy Kreme de todos los colores y sabores.
No se puede explicar con palabras la felicidad tan grande que sentimos al ver cada pequeño paso, cada nuevo logro de nuestro pequeño hijo. La directora aparece tras unas cortinas en la tarima, toma un micrófono y empieza a hacer algunas pruebas de sonido para luego dirigirse a todos nosotros, primero saluda y luego empieza a dar una breve introducción de todo lo que planearon con los niños.
Nosotros estamos sentados en la primera fila, luego habla una de las maestras, abren las niñas con el baile de ballet, se ven tan hermosas con sus maillot color negro y sus tutús color rosa, sonrío y no sé porqué imagino una niña nuestra bailando vestida así, Álex me está mirando, estoy segura que sabe lo que se me pasa por la cabeza. Me lo dice su sonrisa maliciosa, es que no sé ni porqué lo pensé, ya que nunca hemos hablado de tener más hijos, en realidad no sé si tendremos más.
Luego de varias actividades, la maestra volvió a hablar, nos explica que le pidió a cada uno de los niños que dibujara su lugar favorito de la casa, lo que más le gustaba hacer, su juguete, mascota o pasatiempo favorito, luego tendrían que salir a exponer ese dibujo y explicar el porqué de él.
Pasaron varios niños y niñas con unos dibujos hermosos y con cada ocurrencia, luego la maestra llama a Álex Fernández Román. El corazón se me quiere salir de la emoción, aprieto la mano de Álex y él sólo sonríe. Lo vemos aparecer tras el telón rojo, trae en sus manos una pancarta azul celeste, se posiciona en medio de la tarima con su gesto serio, la profesora le pone el micrófono y mini Álex se dirige al público con un «Buenas tardes »
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
RomansaBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...