©¡ESTÚPIDA TÚ!

capítulo 18

¡Estúpida tú!

Capítulo 18.

Empacamos nuestras cosas y salimos camino a nuestro lugar secreto. Siempre que desaparecemos dejamos un número de teléfono exclusivo para una emergencia, porque nuestros celulares permanecen apagados. Ese número se lo dejamos a nuestros amigos, ellos saben que nos desconectamos de todo, pueden llamar solo de ser necesario.

Siempre han tenido la curiosidad de saber a dónde vamos, siempre les decimos lo mismo, a desconectarnos de todo. Incluso ellos lo hacen a veces, imaginamos que también tienen su lugar secreto.

Nos dirigimos a Long Island, Nueva York, un pequeño pueblo. Luego de una hora y diez minutos hemos llegado,  la casa traduce el pasado agrícola del lugar a un lenguaje arquitectónico único.

Una moderna casa de campo a las afueras de Nueva York, creada hace dos años por el mejor arquitecto, Álex Fernández. Queríamos tener un lugar para los tres, un lugar tranquilo alejado de todo, vaya que este lugar es maravilloso.

Y ni hablar de las cosas maravillosas y deliciosas que hacemos en este lugar.

Me bajo del auto y respiro profundo, miro todo el lugar, es hermoso. Las hierbas y los altos arbustos  actúan como un amortiguador visual y acústico de la carretera y los pastos a media altura son una pantalla que protege la casa desde la entrada y  hacia la parte posterior de la parcela, el césped bajo y la cubierta vegetal ofrecen una visión abarcadora del lugar.

Al lado izquierdo está el granero, en ese lugar Álex guarda la moto que utiliza cada que viene a este lugar. Empiezo a dar un recorrido mientras Álex baja la moto de mini Álex y las demás cosas.

Tejas tradicionales, en las cubiertas a dos aguas en escala exagerada y fachadas de paja con tratamiento contemporáneo: reinterpretación de formas y materiales tradicionales. Cada volumen tiene distinta función y una relación específica con cada zona del paisaje de Amagansett, en Long Island.

Los interiores de los tres volúmenes se abren al jardín y a la visión de los campos. Al fondo, los árboles y los pastos; delante, un espejo de agua para que duplique la escena iluminada. Uno de mis lugares favoritos.

El roble, los azulejos de arcilla, los tejidos naturales transmiten una sensación acogedora. En el salón, frente a frente, una chimenea y un banco de obra de igual tamaño, centran la vida familiar, con vista al fondo los árboles.

Desde el salón, vistas al jardín y la zona de la piscina y vestuarios. Los interiores de la casa están comunicados entre sí y abiertos a distintas zonas del exterior. El diseño de la cocina muestra con especial calidez la coherencia campestre.  La zona de bañera, con profusa luz natural, amo este lugar, la vista es impresionante.

La escala del tejado a dos aguas permite la amplitud de los dormitorios, uno al frente del otro, la habitación de nuestro pequeño. Nuestra habitación es enorme, tiene una gran cama en el centro y justo al frente hay  dos grandes ventanas corredizas que dan espacio a la terraza. Toda la luz de la habitación es natural, los amaneceres y los atardeceres aquí son increíbles. Abro las ventanas y salgo a la terraza, sonrío cuando el aire fresco acaricia mi rostro, se respira tranquilidad.

A unos cuantos pasos de la casa hay una pequeña cabaña, ahí vive Fermín y su esposa  Olivia, ellos son los que se encargan de cuidar y mantener la casa impecable. Ellos vivían aquí cerca en el mismo predio, trabajaban aquí con el antiguo dueño, sus hijos crecieron en este lugar. Cuando Álex compró el terreno ellos  se quedaron en la calle, ya que el  antiguo dueño les había permitido construir su casa en él, al vender ellos perderían el pequeño predio donde estaba su casa,  son dos señores adultos, sus hijos se fueron lejos y ellos no quisieron salir del pueblo.