capítulo 77

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¡Estúpida tú!

Capítulo 77.

Sergio la estrecha con fuerza entre sus brazos.

—Quiero recordarte que siempre puedes contar conmigo, aquí estaré. Quiero verte levantar, quiero, anhelo verte feliz, me conformo con eso, es lo único que pido.

—Quisiera tu optimismo —solloza Paola—, ¿cómo seguir con el corazón roto? ¿cómo haces tú después de todo lo que pasó?

Paola se aleja lo suficiente solo para mirar sus ojos azules tan profundos como estanques de agua cristalina. Paola le coloca las manos a ambos lados de la cabeza y susurra.

»Yo te admiro, quisiera ser como tú, quisiera tener esa fortaleza, quisiera tener esas ganas de seguir aún cuando todo es tan complicado, tú eres una persona increíble. Quisiera ser tan fuerte…

Sus palabras se quedan a la mitad, porque el nudo que tiene en la garganta no la deja seguir. Sergio acaricia un mechón de  su cabello.

—Entonces déjame compartirte un poco de todo eso, de ser necesario todo, yo para ti quiero todo.

Paola muerde su labio inferior como conteniendo algo.

—Abrázame por favor —susurra en un pequeño hilo de voz casi inaudible.

Sergio la vuelve a abrazar, un abrazo que se siente tan tranquilizante, un abrazo que le transmite tanta serenidad, un abrazo tan sincero, de una persona cuyo amor es tan grande que su único deseo es verla feliz. Sergio toma su rostro entre sus manos una vez más y la mira a los ojos.

—Al menos haz el intento, si definitivamente ves que no vale la pena entonces corta las cosas de raíz para que no los sigan lastimando. Nunca te he pedido nada, pero esta vez quiero que me prometas que lo vas a intentar, déjanos ayudarte. 

Paola no puede contener las lágrimas, solo cierra los ojos y los aprieta con fuerza. Levanta su mano temblorosa, eso para Sergio es una clara señal de una promesa. Sonríe con ternura, sus ojos se cristalizan, es como ver una pequeña luz en medio de tanta oscuridad. Sergio la envuelve entre sus brazos y deja un beso en su cabeza.

—Zibá yo quiero verte sonreír, porque verte sonreír me da vida, verte feliz es todo lo que yo necesito para ser feliz.

Paola lo abraza con fuerza.

—Eres simplemente increíble —susurra—, no existe una palabra que defina lo grande que eres. Mereces lo mejor del mundo.

—Por eso mismo —Sergio sonríe, se incorpora y tiende su mano—, merezco ver el brillo de tus ojos y una bella sonrisa de esas que te salen tan natural.

Paola toma su mano y se incorpora, se limpia las lágrimas.

—Lo voy a intentar.

Sergio le regala una hermosa sonrisa.

—Me conformo con eso.

Se acerca, limpia sus lágrimas y sin darle tiempo de nada la toma de la mano y corren hasta el carrusel, se suben a los caballitos y por un momento Paola solo los mira reír y ella sonríe al verlos, entonces solo por un momento olvida todo y sonríe de corazón.

Luego Sergio los invita a comer, otro momento de risas que comparten, cuando él empieza a hacer bromas y caras por la comida. Sergio se queda mirándola cuando sonríe, siente que su corazón se saldrá de su pecho, verla feliz es su deseo más grande, tan grande como lo que siente por ella.

Cuando llegan a la casa levanta la mirada y ve a Álex que los observa desde la terraza de su habitación, con la mirada Álex le agradece. Sergio se despide, mini Álex lo abraza con una sonrisa y le dice que quiere repetir. Sergio deja un beso en su frente, le guiña el ojo y le dice que eso solo fue la primera de muchas salidas que le quedan juntos.

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