¡Estúpida tú!
Capítulo 85.
Paola trata de abrir los ojos, pero los siente demasiado pesados, lo único que puede percibir es oscuridad, escucha algunos ecos vacíos. Entonces de la nada regresa atrás, se ve en esta misma situación, siente pánico, intenta abrir los ojos, pero el fuerte dolor que siente en la cabeza lo hace imposible. Trata de mover la mano hasta su vientre y lo siente abultado, entonces se sumerge en la oscuridad. Quiere creer que todo está bien y solo es una pesadilla horrible.
Escucha que entran y salen, pero su presencia es demasiado borrosa en su mente. A lo lejos escucha.
—Ojalá se salve, es muy joven y guapo, sería una pena.
Entonces los recuerdos se agolpan en su cabeza, los disparos, Álex. El miedo recorre su cuerpo como la sangre, intenta gritar con todas sus fuerzas «Álex» pero solo es un pensamiento que se queda en su mente porque sus palabras parecen no ser escuchadas, grita internamente mientras intenta abrir sus ojos. Vuelve a gritar.
—¡Álex!
Al parecer esta vez es escuchada, la enferma entra corriendo, Paola abre los ojos de golpe, todo es demasiado confuso, solo repite. Álex, Álex. El doctor ingresa a la habitación para revisar sus signos vitales.
Paola se sienta de golpe, al hacerlo un gruñido se le escapa, siente que su cabeza se partirá en dos. Todo se oscurece a su alrededor, baja sus manos hasta su vientre, el doctor intenta controlarla.
—Tranquila, Paola la bebé está bien.
Poco a poco su visión se vuelve más clara, aunque el fuerte dolor no desaparece, el doctor le explica que el dolor que siente es por el golpe y seguirá así unos días. Paola ignora todo lo que escucha, intenta arrancarse la intravenosa para bajarse de la camilla. Agarra la bata del doctor y la empuña.
—Álex, ¿dónde está Álex? —susurra con voz temblorosa.
El doctor mira a la enfermera quien se acerca, Paola niega.
—¡No quiero un sedante, no quiero nada, solo quiero saber dónde está Álex! —grita llorando.
—Paola tienes que tranquilizarte, en el estado que estás podría ser perjudicial para tu embarazo.
Paola baja las manos hasta su vientre y lo sostiene, intenta respirar convulsivamente, pero eso no sirve de nada. Aspira con fuerza, cierra los ojos e intenta calmarse, acaricia su vientre mientras un par de lágrimas se le escapan. Repite en silencio;
Todo estará bien, yo sé que sí.
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Cuatro horas antes…
Era muy fácil creer que Raúl había muerto, el día del accidente antes que el auto se incendiara él logró saltar, ya estaba herido, al saltar se rompió una de sus piernas y se destrozó parte del rostro. Estuvo oculto en la calle como un indigente, esperando que sus heridas sanaran un poco, porque el dolor y la rabia eran la única motivación que lo mantenían vivo y soportando todo ese tiempo el dolor de sus heridas.
Cuando la policía hizo las pruebas de ADN encontraron algunas de sus pertenencias y sus huellas porque cuando Paola lo atacó horas antes lo habían trasladado ahí. Así que fue una ventaja para él, por eso pudo fingir su muerte.
Se drogaba para poder soportar el dolor, los días y las noches eran interminables, pero lo único que lo mantenía vivo eran las ganas de matarla, lo que empezó como una venganza se convirtió en una obsesión enfermiza. Raúl se enamoró de Paola, a tal punto de que si no podía tenerla prefería verla muerta. Así que cuando sus heridas sanaron empezó a indagar hasta que encontró el momento perfecto. Su deseo más grande era asesinarla, no le importaba nada más.
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©¡ESTÚPIDA TÚ!
RomanceBilogía. Sinopsis. Estoy casada con un engreído hermoso, resultado de ese amor tenemos una mini versión de ambos. Nuestra vida es perfecta, entre dramas, locuras y berrinches, pero no todo dura eternamente. Nosotros decidimos dejar el pasado atrás...