BRITANIA DEL NORTE
(CONQUISTA ROMANA)
MAXIMILIAN
¿Por qué las semanas tenían que hacerse tan largas? ¿Por qué la tierra tenía que llenarse de tantas hermosas flores y ella aún no llegaba? ¿Por qué los días tenían que hacerse eternos? No lo sabía, lo único que tenía claro es que mis ansias de tenerla conmigo me rebasaban inmensamente, solo quería mirar esos bellos ojos grises que tenía frente a mí y luego besar sus labios sin recato alguno.
Necesitaba pensar con atención lo que había pasado, necesitaba analizar mis movimientos porque no estaba dispuesto a tolerar una derrota, sólo había dos opciones firmes: La victoria o la muerte y la segunda no me agradaba demasiado. Quería hacer todo, quería colocar la corona de emperatriz sobre su cabeza y asegurarme de tenerla a mi lado cuando alcanzara el trono, en mi cabeza solo existía ella y nadie más.
—La primavera ha llegado, la nieve se derrite, tenemos agua y también campos fértiles para poder sembrar lo que el ejército deberá comer durante este tiempo. Asegúrate de establecer una cuota de impuestos apropiados tanto a la ciudad del sur como a las tribus sometidas del norte. Quiero que mis soldados coman, pero si es posible, quiero que ellos también lo hagan.
Marius asintió.
—Si las cosas salen bien, no tendré que presionarlos demasiado. Sabes que dejarlos sin comer a ellos para que coma el ejército es motivo de rabia e ira, no queremos eso. Si quieres concentrar el poder debes asegurarte que la tierra donde estás parado es firme—comentó Marius poniéndose de pie, por sus ojos supe que estaba por soltar algo que no me agradaría, siempre era tan transparente—. Los soldados que enviamos a Roma no han regresado y no regresaran, uno de ellos regresó, está tan herido que posiblemente no sobreviva mucho tiempo.
—¡¿Cómo?! —exclamé. ¿Pero qué mierda estaba diciendo? —¿Qué ha pasado? ¿Por qué no han podido llegar a Roma? Dijiste que te encargarías de ello—mi tono de reproche y el gesto que hice no pasó desapercibido para él. Marius maldijo entre dientes.
—¿Cómo íbamos a saberlo? Del otro lado del canal esta una horda de pretorianos que se aseguran de que nadie pase al lado de Roma, proteger la provincia de las Galias porque saben que es camino más rápido, fueron asesinados apenas pisaron propiedad del imperio.
Para llegar a Roma se tenía que recorrer la larga provincia de las Galias, pues el canal estaba en tierra de los galos que habían sido conquistados por el imperio en el tiempo de Julio César, sin embargo, la tierra de las Galias ahora era propiedad de Roma, por lo tanto, podría considerarse como Roma misma.
¿A qué grado había llegado roma para que los romanos mataron romanos? Apreté los puños, cegado por la ira del comunicado. No solo había perdido la oportunidad de tenerla conmigo si no también había perdido soldados valiosos que habían perecido bajo una gladius, la gladius de quienes juraron protegerlos, porque eso era la guardia pretoriana, la guardia del emperador y la guardia del pueblo. Intenté conservar la calma a pesar de que la noticia me cayó como un balde de agua fría.
—Lo intentarán de nuevo—sentencié—, que crucen por la parte larga del canal y lleguen a Germania, luego que emprendan el camino a Roma. Me importa un carajo que sea la ruta más larga, si he esperado semanas enteras y he obtenido un resultado infructuoso, no me importa esperar un par de meses más si la traen consigo de forma segura y a la vez protegen sus vidas.
—¿Estás seguro?
—Completamente, no puedo dejar a Gia más tiempo ante la expectativa de que locura pueda hacer Adrianus con ella. La necesito a mi lado.
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ARTS AMATORIA (VOL III)
Historical FictionCuando el odio lleva a la venganza y los enemigos asechan todo se torna inestable, lo que se creyó posible se torna imposible y las personas en las que creíste fielmente te traicionan. Antes de obtener lo que desean Gia y Maximilian deberán aprender...