CAPITULO 60

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BRITANIA DEL NORTE

GIA

Casi corrí detrás de él.

¿Cómo podía dejarme atrás en un contexto como ese?

No sabía exactamente cuantos metros habíamos recorrido, pero pareció al menos tres cuartos de kilómetro.

Tal vez deseaba quedarse viudo.

Intenté que ver ese cadáver no me causara pesadillas, pero era horrible la forma en cómo había sido desmembrado. Maximilian se adelantó buscando lo que parecía ser su caballo pero entonces levantando la mano con la palma abierta me hizo detenerme.

¿Qué significaba eso?

Guardé silencio al verlo quedarse quieto observando cada detalle. Retrocedió un poco y después, cuando sintió mi presencia detrás buscó mi mano para sujetarla y colocarme detrás de él. No era gracioso, en absoluto.

—Si estás buscando...

Shhh...

Mis palabras fueron detenidas por su siseo y después por el leve chasquido que emitió con la boca. Cuando el sonido recorrió el bosque pudo escuchar el bramido de un caballo que parecía bufar de forma casi infernal y golpear sus patas en el suelo. Sentí como apretaba mi mano más fuerte de la cuenta cuando lo escuchó pero no me soltó.

Absconde post lapidem. (Escóndete detrás de la piedra.)

¿Como?

Lo había susurrado tan bajo que apenas y lo había escuchado. Él soltó mi mano y cuando estaba por repetirlo, ví como sacaba su espada de su guarda y recibía con un golpe del mango a un hombre que salió rápidamente a lanzarse en su dirección.

¡Absconde post lapidem! Nunc! (Ahora)

Salí corriendo en dirección a la enorme pierna que me había señalado para después escucharle degollar a un hombre que terminó con la garganta abierta antes de que pudiera reaccionar.

Decir que no tuve miedo sería la mayor mentira, especialmente cuando un cuerpo terminó cayendo a mi lado y pude ver al hombre que acababa de ser traspasado por su gladius. Un hombre demasiado delgado, con cuencas en vez de ojos y un collar de huesos con pequeños cráneos decorando su cuello como si se tratara de una joya.

"Bárbaros"

"Bárbaros"

Me dí cuenta de que tal vez estaba viviendo una loca ilusión. Pensaba que Britania era el campamento, pero no era así. Había mucho detrás de ella, cosas que no tenían explicación y que nunca antes había visto. Casi temblando me asomé, sintiendo las hojas secas debajo de mis pies y mis manos, pues estaba sobre ellas viendo lo que acontecía delante de mis ojos.

Maximilian estaba encima de un celta apretando su cuello con frenesí mientras el hombre intentaba recuperar un cuchillo que se le había caído y yacía a unos cuantos metros. Sus manos parecieron tensarse y las venas se marcaban en sus brazos debido a la presión que estaba ejerciendo.

Tha am Morrigan a' dol gad mharbhadh. (Morrigan va a matarte.)—logró decir el hombre en una lengua que no pude comprender pero Maximilian sí pareció entender—. Chan e seo an Ròimh! (¡Esto no es Roma!)

Roma ego sum! Ubi legionum calcatum est Roma! Roma est, ubi Caesar ibit, et ero legitimus Caesar! (¡Yo soy Roma! ¡Donde las legiones pisan es Roma! ¡Roma es donde pisa el César y yo soy el legítimo César! )

ARTS AMATORIA (VOL III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora