ARTS AMATORIA (VOL III)

CAPITULO 76

BRITANIA DEL NORTE

CONQUISTA ROMANA

Marius estaba en shock.

Cornelia enfadada.

La mujer suspiró.

—Quiero que te vayas.

—Obligame.

—He cumplido con mi deber de esposa de comunicarte los acontecimientos, pero no habrá más. Puedes ir allá afuera y cogerte a tu zorra. Yo haré lo propio, pues ahora que sé que tengo un hijo en mi vientre, tu dinastía no será cuestionada. Puedo hacer uso de mis esclavos, estoy en mi derecho.

Fabio intentó sujetarla, pero ella apartó el brazo.

—No me toques.

—Cornelia—advirtió pero ella fue clara con que no deseaba que pusiera sus manos sobre su cuerpo, sin embargo Marius fue más fuerte que ella y la terminó jalando en contra suya.—No importa lo que me digas ahora, sé que estás enfadada porque te conozco bien, pero sabes cuánto tiempo he estado esperando este momento.

—Creo que no querías esperar más.

Que Cornelia le dijera eso le lastimó.

—No, esas nunca fueron mis intenciones.

—¿Qué demonios hace un general romano follando con una extranjera? Sabías lo que estabas haciendo y aun así fuiste capaz de herirme. No hay mujer en Roma, salvo Gia a Maximilian, pero...no hay nadie en Roma que ame a su marido como yo te amaba.

—Me amas.

—Te amaba, ahora me has lastimado. Rompiste mi confianza y mi corazón cuando yo hubiera dado mi vida con tal de hacerte feliz ¿Así me pagas Fabius? ¿Me pagas follandote a una celta? Dime ¿Qué ha cambiado?

Subestimó a Cornelia al pensar que lo aceptaría.

Ahora estaba emocionado por su hijo.

—Yo te amo, no importa lo que digas o cuantas veces menciones que no me amas, yo si lo hago y si ahora mismo estuvieramos en Pompeya haría cinco días de fiesta por está alegría me has dado. La mujer a la que he unido mi vida me dará un hijo, sangre de mi sangre, no importa nada más para mí.

Ella negó.

—Haz dejado claro que te gustan otras mujeres. Haces bien, al fin y al cabo quiero tus manos lejos de mi y tus ojos también. Entre menos veces te tenga delante será mejor. Pensaré en irme a Camulodunum.

Eso no le gustó.

Marius no quería que su esposa se fuera ni tampoco que le dejara pero ella se sentía humillada y sus ojos lo demostraban. Fabio la observó, intentó acariciar su rostro pero ella rechazó el roce. Quería que se fuera de una vez.

—No vas a irte y olvídate de los jodidos esclavos, Cornelia, porque te juro que si me entero que lo hiciste voy a quitarles la cabeza a todos.

—¡Espero que Juno te corte la lengua! Date cuenta de tu maldita soberbia, date cuenta de que eres un imbécil cara dura e hipócrita que no tiene reparos en pedirme que no entre en los brazos de otro hombre cuando él ha hecho eso mismo con una ramera.

Después le abofeteó.

Una bofetada fuerte y sonora que dejó a Marius sorprendido.

Wow, wow, wow.

Si que le había dolido, pero en vez de enfadarse por ello sólo sirvió para hacerlo sujetar a su mujer más fuerte. Cornelia se quedó debido a la fuerza con la que su brazo estaba siendo empujado hacía él.