CAPITULO 43

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BRITANIA DEL NORTE

Gia

Mirarlo bajar del caballo enfadado me causó cierta satisfacción, sin embargo, cuando lo mire no lo demostré. Incluso intenté fingirme desentendida. Marius a diferencia de mi si parecía divertido.

—No pensé que te enfadaría, llevo un par de días aquí y no había conocido los alrededores. Todo es extremadamente bonito, verde y hasta cierto punto agradable, considerando el lugar donde estamos.

Mi respuesta no le complació en lo absoluto. Estuvo apunto de decir algo pero antes de que lo hiciera, Marius intervino.

—La curiosidad es usual, además, ha venido con la seguridad apropiada y no ha traspasado los límites del cerco de seguridad. Esta zona es segura para todos, incluida una mujer—dijo él mirando a Maximilian quien mantenía un rictus severo.

—Todos regresen al campamento, yo me aseguraré de ayudar a Domine a terminar el recorrido. Marius me miró e hizo un gesto que casi me hace reir. Cuando estuvo detrás de Maximilian y este no lo miró pasó las mano por su cuello como si fuera una hoja filosa y luego me miró, para luego señarlo a él.

Eso en idioma Marius era el mensaje "Está furioso y puede matarte"

Negué ligeramente intentando tranquilizarlo, eso no pasaría. Escuché el sonido de los caballos pisando las hojas secas y luego como si se trataran de un simple visaje todos desaparecieron de mi vista. De pronto, me encontré sumida entre una mirada ámbar que me observaba cargado de enfado. Por Marte, hombre, solo te tome prestado el caballo.

Pensé que eso era lo que me reprocharia pero entonces la primera oración me hizo recapacitar sobre las razones por las que había salido detrás de mí.

—Esto no es Roma, tampoco son las calles de Palatino ni mucho menos las seguras calles del mercado principal, esto más bien son como los callejones, como Roma de noche o aun peor, pues aquí no solo buscarían abusar de ti, si no también matarte.

¿Acaso estaba preocupado?

—No he roto ninguna regla, además soy consciente de que este no es el patio de la villa. Decidí dar el recorrido consciente de los peligros. No me aleje demasiado, solo me han mostrado este lugar, eso es todo.

Lo miré caminar mirando la zona.

—La palabra "Tutum" (Segura) no es lo mismo aquí que en Roma. Segura es que es menos probable una inclusión bárbara pero no imposible. Los bárbaros no comprenden, no entienden al cien por ciento nuestra lengua y no miden sus acciones. Nunca han mirado a una mujer romana en los campamentos, pensaran que eres una esclava que no les generaría ningún problema ultrajar—explicó manteniendo el enfado en su tono.

Quería hacerme ver que estaba realmente enfadado, su cara y su voz lo dejaban demasiado claro.

—¿Que acaso los bárbaros no son obedientes? Pensé que lo que un romano buscaba en una mujer era obediencia. Pero tal y como la tierra salvaje donde estamos, así han cambiado tus gustos. Tu forma de hablar de los bárbaros no es acorde a un hombre que mete a una salvaje a su cama.

—No estamos hablando de Iria ahora.

—Hablamos de salvajes.

Parecía exasperado. Miró a Marte quien había sido amarrado a un árbol cuando el animal emitió un bramido como si de alguna manera deseara llamar su atención. Maximilian se dirigió a él de inmediato.

Ne cures, haec te nunquam iterum conscendet, mea emissario pretiosus. (Tranquilo, esta mujer no volverá a montarte, mi preciado semental. )

ARTS AMATORIA (VOL III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora