CAPITULO 71

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BRITANIA DEL NORTE

CONQUISTA ROMANA

Dar es recibir.

Concepto básico en la guerra y en las legiones también. Gia había terminado el libro de su suegro, aquel diario que había encontrado dentro de las bóvedas de los tesoros imperiales y que le había dado buen conocimiento sobre lo que tenía que hacer de los ejércitos como mujer.

Licinius había sido un buen maestro también, pues le había otorgado conocimiento que solo se le brindaba a los hombres para que ella no estuviera perdida y pudiera conocer como se movían los campamentos. Además de estar aprendiendo mucho había hecho movimientos estratégicos. Se había dedicado plenamente a cumplir sus deberes junto a Cornelia como las únicas Domines del campamento y les otorgaban a los hombres confianza orando a Marte y a las dioses en búsqueda de apoyo en aquellos hostiles terrenos.

De forma sutil, Licinius había aumentado la paga de los legionarios y les había hecho regalos por la llegada del mes de Juno. Domine se preocupaba por las legiones que había traído e inclusive, había enviado a un séquito al sur por mujeres nuevas para entretener y danzar en las fiestas venideras durante los meses de la diosa madre.

Los hombres de las legiones que permanecían fueras del Castrum estaban extasiadas y los hombres que había dentro, también había sido gratificados con más dinero, que Licinius había sacado de las arcas de los Claudios y no de las de Maximilian para evitar que el Dominus pudiera alegar que era de su dinero.

—Las legiones se dividen en cohortes, las cohortes en centurias y las centurias en decurias—explicó Licinius mientras señalaba los diferentes nombres escritos en un enorme pergamino donde indicaba la cantidad de hombres que conformaban cada punto.

—Todas las legiones son controladas por un Legado.

—Así es y estos legados por un Legado Pro Praetore o por un Imperator, dependiendo donde se encuentren y el ambiente que los envuelve. Las mujeres en los campamentos no son bien vistas, por ejemplo, un centurión no puede traer detrás suya a su familia, tampoco un legionario, solo los altos rangos pueden e inclusive, es complicado para sus Domines adaptarse a esta clase de vida. Aurelia, la madre de Maximilian iba a las campañas con su marido en Germania, pero era sabido que tenia un caracter unico que y que las legiones la respetaban porque a pesar de vivir en un ambiente lleno de bárbaros, jamás se quejó de ello. Es sencillo, una mujer se gana el respeto de los hombres, viviendo como ellos, pero nunca intentando ser más. Perderás todo si intentas atacar a tu marido y si quieres hacerlo, tienes que lanzar la piedra y esconder la mano, así funciona. Nuestro siguiente será contundente. Maximilian no puede dejar a las legiones nuevas afuera por más tiempo, tienen que entrar y hacerse de su lugar en estos campamentos para después marchar hacía el sur y embarcar rumbo a Galia.

Gia tocó los mapas y pergaminos.

—Necesito más tiempo.

—No tienes más tiempo, has movido bien tus cartas durante este mes, te has mantenido en tus deberes mientras tu marido se ocupaba de otros. Marius subió al norte hace dos semanas, en cuanto regrese tendrán que moverse o en su caso, dejar a una legión aquí y bajar al sur con las demás. Se tiene que cruzar el canal antes de la llegada del otoño.

Gia estaba preocupada. Sentía que necesitaba hacer más, pero la realidad es que los hombres eran sencillos de comprar, una pequeña atención en un lugar como ese les hacía besar los pies de cualquiera y Julia se lo había ganado a pulso. Marius se había marchado hacía dos semanas tierra arriba, continuamente enviaba mensajeros para comunicar lo que encontraba y él y Heraclito se habian embarcado en aquella peligrosa pero excitante aventura de conquista.

ARTS AMATORIA (VOL III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora