CAPITULO 21

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BRITANIA DEL NORTE

(CONQUISTA ROMANA)

Un enorme barco logró encallar en la costa, el viaje había sido de lo más largo desde Egipto, habían cruzado todo el mediterráneo y rodeado el imperio solo para poder llegar a Britania. Fue un viaje arriesgado, inclemente y peligroso, demasiado en realidad, pero para su suerte, el clima les beneficio. Luego de descender de aquella larga travesía, tenían que caminar, adentrarse en las zonas del mapa donde según los informes estaban establecidas las legiones de Marius, sin embargo, estaban demasiado hacia el norte.

Demasiado en verdad por lo que había cruzado la división entre el sur.

—Tenemos que ser cuidadosos, dicen que el gobernador asesinó a todo el que tocó tierra Britana—murmuró uno de ellos al líder de aquella expedición—. Si piensa que venimos desde Roma nos acecharan y moriremos antes de cumplir la encomienda.

—No vamos a morir. A este punto ya debe de saber que Adrianus está muerto. Las noticias viajan rápido y no creo que haya quedado incomunicado del todo. Hay espacios libres en el canal, es arriesgado, pero tal vez uno que otro barco lograra cruzar e informar de la situación a las provincias británicas.

Londinium fue deshecha cuando la batalla con la reina celta, Boudica.

—Pero aun quedo Camulodunum—replicó el hombre mientras esperaba que los sirvientes que le acompañaban ensillaran su caballo para la larga faena. Los animales habían resistido, pero de la misma forma, fueron alimentados y protegidos de forma adecuada. Fue un viaje cómodo, tan cómodo como el mar les permitió—. Manténganse atentos, a éste punto ya debe de saber que estamos aquí.

El ambiente de Britania era completamente ajeno a Roma, pura salvaje tierra se extendía por grandes páramos y zonas pantanosas que generaban el terror de cualquier romano. Ninguno de ellos había estado antes allí salvo por el capital que conocía esos mares como nadie, pues había sido un comerciante en el pasado antes de trabajar para Heráclito y conocía todas las costas de la salvaje isla, a excepción de aquellas que estaban demasiado internadas hacia el norte. Dos horas más tarde, Baal el nombre del hombre de confianza del gobernador de Egipto, cabalga intranquilo mientras uno de sus esclavos tomaba al caballo por las riendas y lo conducía entre todo el terreno cargado de piedras y agujeros.

—Maldita sea, nunca había mirado un terreno así.

—Esto es el norte, estamos aún en la punta, pero ya lo que espera más hacia arriba son cumbres y peñascos, terreno peligroso hogar de tribus que comen carne humana.

—¿Caníbales?

—Eso he escuchado, pero puedo asegurar que son rumores que los del sur han impuesto para hacer del norte una tierra protegida para ellos. No debe tener, mi señor, le aseguró que nunca he visto un caníbal en mi vida, aunque no dudo que existan brujos por aquí. Llevo mi espada, no creo que haya algo de qué preocuparnos.

—¿Qué dice el mapa?

—Un poco difuso, es de hace muchos años, pero la información que tenemos es que las legiones vistas en estas tierras estaban lo más al norte posible, o más bien lo más al norte conocido. He mirado huellas de caballo por aquí así que puedo asegurarle que esto está bajo su radio de expedición. El ambiente es bueno, el clima es perfecto y el aire es fresco. ¿Hay algo más que podamos pedir a los dioses?

Si, encontrar a Fabio Mario antes de que caiga la noche. No me llames cobarde, pero puedo asegurarte que ninguno de nosotros querría quedarse sin un campamento en medio de la nada sin un respaldo. Esta salvaje tierra no me causa buena espina. No comprendo cuán valiente tiene que ser un hombre para poder adentrarse en estos pantanos y laderas. Las legiones siempre han tenido mi respeto.

ARTS AMATORIA (VOL III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora