BRITANIA DEL NORTE
CONQUISTA ROMANA
GIA
Si él quería morir no me importaba.
¿Cómo demonios había podido ir a montar cuando la herida apenas tenía dos semanas? Dudaba que pudiera abrirse pero tampoco era algo que pudiera descuidarse, aun así, en cuanto dejó de sangrar prosiguió con una vida normal.
No tenía que hacerse el duro después de haber sido apuñalado por un druida. Seia estaba un poco preocupada, Aten aún no había regresado y eso la llenaba de congoja, intenté calmarla, diciéndole que tal vez llegaría pronto y que enviaría a alguien a Camulodunum a buscarlo, pues tal vez no había encontrado la forma de llegar. Su hija estaba en la ciudad, bajo la protección de los demás esclavos por petición de mi madre y yo consideraba que era lo más seguro.
Los campamentos no eran lugar para una niña.
—¿Te dijeron algo más?
—No, Domine.
—¿Esa mujer ha regresado por las noches?
Seia aclaró su garganta.
—No o al menos no la han visto.
Asentí dejándola que terminara de peinar mi largo cabello y acomodara el cuello del batón de seda. Seia parecía ansiosa, quería decir algo pero su boca no la dejaba pronunciar palabra.
—¿Tienes algo que decirme?
—¿En serio no va hablarle?
—No, estoy bien. Llevo dos semanas viviendo aquí sin necesidad de cruzar palabra con mi marido, no necesito hablar con él. No seré yo quien rompa nuestro voto de silencio.
—Van dos votos de silencio.
—Él rompió el anterior. No hay nada más que decir.
Seia no pareció complacida con mi respuesta pero dijo algo que me hizo sonreír cuando se inclinó de forma divertida para susurrarme al oído.
—Podemos buscar un esclavo, uno rubio para usted.
Reí.
—No quiero un esclavo, pero me mantendré abierta a la propuesta si es que en algún momento lo necesito. Gracias, Seia—respondí haciendo que la chica sonriera y continuara con su labor. No sería como él, pero si necesitaba alguno tal vez podría pensarlo más adelante.
—Hay otra noticia menos agradable.
—¿Cuál?
—Marte se ha lastimado. Dominus parece estar enfadado, pues creo que fue descuido de sus cuidadores cuando le llevaban a las caballerizas, parece que un sesgo de madera se ha enterrado en su pata. Se lo han sacado, pero el caballo está inquieto.
Matar ese caballo sería matar la mitad del alma de Maximilian si es que aún tenía una. Amaba a su semental más que nada en el mundo y no había nada más lindo que ese bello caballo de enorme estatura. Era una pena que se hubiera lastimado, pero aunque deseaba que se recuperara era bueno de alguna forma, pues así ambos descansarían y Maximilian no cometería la estupidez de montar de nuevo, salvo que tomara a otro caballo.
Seia terminó de arreglar mi cabello en una larga trenza para la noche y yo decidí que aprovechando que aun era temprano, saldría a ver el estado del animal. Me coloqué un batón y salí del praetorium siendo seguida de un par de guardias que me guiaron hasta llegar a las caballerizas ubicadas a unos doscientos metros del praetorium.
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ARTS AMATORIA (VOL III)
Historical FictionCuando el odio lleva a la venganza y los enemigos asechan todo se torna inestable, lo que se creyó posible se torna imposible y las personas en las que creíste fielmente te traicionan. Antes de obtener lo que desean Gia y Maximilian deberán aprender...